27 febrero 2012

Última estación


Estoy llegando a la última estación
tan deprisa que no recuerdo
el momento en que me bajé de la bicicleta
para subirme a este tren de alta velocidad

A través del cristal azul de la ventana
veo jóvenes iconoclastas
hermosos como hermafroditas
en el reflejo, un joven muerto
Dead man walking
y los emperadores destructores de sí mismos
son también nuestro reflejo
porque su cualidad mayor es nuestro destino
aunque nunca lo alcancemos
al menos tú
                       al menos yo

Lamento tanto esa manía de hacerse viejos con delicadeza
la enfermedad es el futuro
vayamos sabiéndolo
para que los hijos de nuestros hijos
maten a sus padres y se maten también ellos mismos
    que mueran los dioses decapitados bajo las espadas
de los príncipes más bellos y descarriados:
iconoclastas hermafroditas

This is it, ground zero
solo quise amasar días de guerra
     y noches de amor
todo lo mezclé en un solo crisol
y reventó el cáncer diminuto como un ojo negro que me habita
el exceso de sueños y la falta de horas dormidas
vinieron en motocicleta, disparando a quemarropa
          me cosieron a tiros la boca y el ano
el sueño se volvió enfermedad
el sueño se volvió la pesadilla más real que es el presente sangrante

Luego de pedalear campante por encima de tanta ruina
el daño es irreversible
luego de estar tan despierto dejando que los demás duerman
quiero cerrar los ojos y volver a abrirlos
en el pasado, en el lugar donde dejé reposando mis obsesiones

Mis obsesiones que me permitirán recuperar el camino
recomenzar la escritura del poema que nunca será escrito
salvar mi mundo
agregar estaciones
o, mejor aún, sumarle un manillar y un par de pedales
a este tren de mierda que me lleva enfermo directo a la morgue.


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