28 febrero 2012

Amicitia


La muerte es un automóvil con dos o tres amigos lejanos
Roberto Bolaño - La Universidad Desconocida


Mientras esperaba el momento
de sentarme a escribir/te estas líneas
me dormí
unos minutos o toda la noche
nunca sabré
ya el sol sale por las madrugadas
y la luna alumbra el atardecer
      la luna pálida como tu piel
y tu cabello-sangre-de-fuego
como tus ojos incendiarios

Camino a la muerte vamos
         tranquila, que más allá no hay nada
todo está más acá, todo tiene sentido
aquí y ahora
en este automóvil incoloro veloz salvaje
con amigos distantes íntimos
todavía guardo un espacio para ti
y otro más para el león que viene
trepando a arañazos el continente
nos esperan unas cervezas vista al manso
con el corazón agitado

Eres fuerte: te jodes a punta de una pureza tan grande
que te baila en las manos
     como hormiguitas carnívoras atacando tu cerebro
y tú sabes que joderse es también una forma de vivir
no la menos cínica pero sí la más pura

Te regalo un abismo, te lo entrego
de tan sutil manera (creo que ya lo hice, no me doy cuenta de tanto daño)
que cuando más lo necesites lo descubrirás
ese vacío es la felicidad
y cuando la ciudad se estremezca
y tu nariz erupcione
y tu pecho duela como duelen los niños creciendo
ahí, en ese momento, talvez
te acuerdes de mí, aunque no mucho

Te regalo un abrazo
que pueda iluminar el universo
(que, lo sabes bien, es tuyo y es único)
Te regalo una entrada al zaguán de las nubes
porque somos hijos de una brillante y colorida y llameante flor
                      que salte y dance tu destino

Te regalo mi amistad:
fuerza extraña que potencia y anula
Amicitia, bastión de juegos y sabotajes
de palabras vertidas en pos de meterle el dedo en el culo
                                                                                       a los otros

Que sea nuestro paraguas roto y traslúcido
Que sea nuestro amparo

Va por ti, muerta inmortal

Te regalo, finalmente, unos versos robados a Vallejo
A mí, que había tanto atisbado si de veras
llorabas,
ya que otras veces sólo te quedaste
en tus dulces pucheros,
a mí, que ni soñé que los creyeses,
me ganaron tus lágrimas.
Ya está. 

A mí me pareces la más grande de los superhéroes, la más bruja y niña salvaje

Me he sumido en un silencio virtual
para regalarte mis palabras
ahora hay que abrir la ventana
       tirar todo
y tirar también la ventana
me repondré de la afasia voluntaria digital
y en mi boca anidarán pétalos amarillos
muscarias y láminas de caleidoscopios

La felicidad es un vacío.


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