28 abril 2010

Decondicionamiento o Cómo recuperar el arte de la locura sin perder un solo cabello

¿Por qué tan lejos de los dioses? Quizá por preguntarlo. ¿Y qué? El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo. Por ahora las preguntas nos alejan vertiginosamente de las respuestas. ¿Qué epifanía podemos esperar si nos estamos ahogando en la más falsa de las libertades, la dialéctica judeo-cristiana? Nos hace falta un Novum Organum de verdad, hay que abrir de par en par las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella. Es la muerte, o salir volando. Hay que hacerlo, de alguna manera hay que hacerlo. Tener el valor de entrar en mitad de las fiestas y poner sobre la cabeza de la relampagueante dueña de casa un hermoso sapo verde, regalo de la noche, y asistir sin horror a la venganza de los lacayos.

Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 147; extraído de Tratados en La Habana, de José Lezama Lima.

26 abril 2010

Noche/Día

Cada trazo y cada camino
que terminamos recorriendo
despiden ecos de algo distinto,
que se quedan grabados
como serpientes en la arena
silenciosas y a su vez van dejando huellas,
huellas que permanecen grabadas en cemento
grabadas en la memoria
sigilosas para aparecer en los momentos más inesperados
un cuento
-un corazón
--un cerebro
Una materia prima para crear algo nuevo
que finalmente después de cierto tiempo será
abandonado
-olvidado
--sepultado
Abajo de los nuevos palacios que vienen y desbancan
los suelos viejos que existían ahí antes que ellos
y estos a su vez desbancan a los demás
y formando olas y desfiguros
se vuelven muy difíciles de arreglar
Algo más que es difícil es encontrar los pasados
que queremos componer,
tanta pintura sobre la fachada desgastada
impide y modifica la respiración del animal,
esa bestia sagrada que cambia para siempre
y muy rara vez dormita.
-
Nada nos garantiza que tendremos lo que tenemos
nada nos garantiza una vida segura
tampoco sabremos si tendremos pensamientos
que llevan a una espiritualidad iluminada
Nada nos garantiza la paz,
pienso en que no somos dueños de lo que ya logramos
nada nos garantiza que seguiremos siendo los mismos
pero siempre tendremos las huellas
esas huellas para recordarnos
de dónde y por qué venimos hasta aquí.

25 abril 2010

Domingo



Tengo ganas de vivir, toma un pedazo de mi.
Omar Rodriguez-Lopez
-
La vida de Julieta García cambió para siempre en el transcurso de una semana, dos incidentes que rozaron los límites de la razón y la lucidez transformaron sus días al punto de bifurcar el recorrido de su existencia. El primer suceso fue la muerte del campeón de box Junior Canales, quien fue encontrado en la celda de la prisión federal donde se hallaba recluido colgando de una viga; el segundo fue la tentativa de suicidio de su vecino Ramón Valdez, joven estudiante de periodismo y de quien no se tenía mayor conocimiento, tampoco de sus familiares, si es que los tenía porque nunca nadie fue a visitarlo a la clínica, solamente una persona.
El mismo día del funeral del Campeón, el cuerpo de Ramón Valdez fue encontrado en su departamento totalmente inconsciente, rodeado de un gran charco de sangre viscosa y hasta cierto punto nauseabunda; el flujo de la sangre se remontaba hasta sus brazos, donde se podía ver un gran surco donde se presumió había sido la incisión del cuchillo, cuchillo que descansaba sobre su pecho. Quien encontró a Ramón fue el repartidor de agua, había subido esperando una venta y lo que ganó fue una desagradable sorpresa; Ramón había dejado la puerta principal abierta y su cuerpo era fácilmente visible a través de la malla metálica de la segunda puerta. El repartidor, habitante de un barrio periférico y conocedor de situaciones extremas como la que se hallaba frente a sus ojos, decidió no acercarse más y llamar a la policía; en un segundo escrutinio se alegró de que la segunda puerta tenga un seguro interno, así él quedaba libre de toda sospecha.
La policía llegó con el médico legista y se llevaron un gran susto al constatar de que Ramón seguía con vida, rápidamente cerraron las heridas de manera provisional y, colócandole una máscara de oxígeno, lo treparon al patrullero. En el hospital los médicos que lo trataron no entendían cómo pudo sobrevivir con tal desangrado, aún así su estado era muy grave y corría el riesgo de un paro cardiorespiratorio en cualquier momento.
Para el día viernes Ramón Valdez había sido trasladado de terapia intensiva a un cuarto de cuidados regulares. Ya comía con relativa normalidad y conversaba tímidamente con las enfermeras y los pacientes a su costado. Fue llevado con el psiquiatra del hospital, quien lo encontró lúcido, despierto y con una agilidez mental por muchos envidiable, no comprendía los motivos del intento de suicidio, sin embargo, le dijo a Ramón que podría regresar a su casa siempre y cuando asista con regularidad a las sesiones que él le había planificado. El doctor que lo trataba también lo vio con mejor semblante, el hemograma corroboraba su percepción y, haciendo caso a la urgencia de camas que atravesaban, le dio el alta para el día lunes; pero Ramón no tenía visitas, ni nadie que lo vaya a ver y firme su salida. El médico se contactó con los policías que dejaron a Ramón Valdez en el hospital y acordó con ellos para que vayan a su vecindario a indagar por sus familiares o en el peor de los casos, algún vecino dadivoso. Pasó el resto del viernes y el sábado entero y nadie llegó.
-
Ramón, Ramoncito, tienes visita -dijo la enfermera con voz baja mientras abría la puerta y encendía la luz- Hasta que al fin se acordaron de ti, eh?
- ...
- Hey, hola Ramoncito
- ...
-
En ese instante Ramón Valdez sintió que todo este tiempo no había sido más que un sueño celestial, que había muerto y Dios le estaba jugando una mala broma.
-
- ¿Si me recuerdas? Soy tu vecina, Julieta
- eh.. claro.. sé quién eres.
-
Esa mañana Julieta y su familia, al llegar de Playa Venecia, fueron recibidos por dos agentes de policía que muy amablemente solicitaron hablar con ellos. Les dijeron que su vecino había sido encontrado en muy mal estado y ahora se encontraba en el hospital Luis Vernaza sin nadie que vele por él y, además de alguien que firme su salida, Ramón Valdez necesitaba compañía y un fuerte apoyo para su recuperación. El papá de Julieta dijo que no le interesaba la vida de ese vago, que lo tenía bien merecido; su madre se mostró un poco más comprensiva pero igual de negativa en cuanto a ofrecerse para ir a ver a Ramón. Solo Julieta García se interesó por él, y aun sin la aceptación de sus padres se dirigió al hospital en su vehículo, escoltada por el patrullero.
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- Mira, sé que esto debe ser muy extraño para ti pero me acabo de enterar de lo que te pasó y vine para acá sin pensarlo, incluso yo no entiendo bien por qué vine
- No tienes por qué pensarlo, estás aquí porque eres buena de corazón.. Me cuesta admitirlo pero soy tan antisocial que nadie vino a verme, ni siquiera a ver si ya había muerto jeje
- Eres demasiado trágico contigo mismo Ramón, pero ahora tienes a una amiga que cuide de ti
- Gracias por el gesto, me da gusto saberlo
- ...
- ...
- Me gusta cuando haces malabares, eres muy bueno!
- Ah si? nadie me lo había dicho, en el semáforo solo te dan monedas, si es que no te dejan sordo a bocinazos jaja
-
Julieta rio también y agregó- ¿También haces malabares en el semáforo? Qué chevere, algún día quisiera ir a verte
-
- Ya bacán, de una, un día de estos te llevo.
-
Y así pasaron horas y horas, Ramón y Julieta no se cansaron de hablar de lo humano y lo divino, como se suele decir. Sin darse cuenta el lunes se colaba por la ventana pero los dos seguían muy enfrascados en su conversación.
-
- Me caes bien Julieta, y pensar que nunca me atreví a hablarte
- ¿Y crees que no lo había notado? siempre intentabas cruzar una mirada conmigo, pero yo tampoco me atreví a intercambiar palabras
- Qué extraño jaja
- ¿Qué es extraño?
- Esto, todo esto, me da risa que nunca soy capaz de terminar mis proyectos y aún asi concluyen de alguna manera, aunque con resultados imprevistos
- No entiendo Ramón, explícame
- Verás, este asunto del suicidio fue un proyecto más en mi vida, y como bien sabes fracasé una vez más, pero llegaste tú y todo cambió
- Oh, ya veo.. si, es raro, pero es que no puedes echar todos tus anhelos como recta fugaz
- Lo sé, pero es que yo no tenía anhelos..
- ...
- ...
- Yo te quiero, amigo
- Y en el final nos ganan los recuerdos, cuánto amor se escurre entre mis dedos
- ¿Ah?
- Es una canción, muy linda por cierto. Yo también te quiero, desde siempre.
-
Sin saberlo, Ramón Valdez y Julieta García vivían sus vidas en constante lucha, sumergiéndose entre lo prohibido y lo vanal terminaron al borde de su capacidad; una circunstancia fatal los unió y juntos al fin, vistieron desafíos. Ella no dejó de surfear más de dos días y él incrementaba semana a semana los objetos que podía manipular o mantener en el aire. Escaparon del mar de asfalto y ahora viven en una playa sin nombre, donde, según ellos mismos, llevan vida de piratas.

24 abril 2010

Sábado



Sábado. Nada de sabático. No ando para sutilezas judeocristianas y lo que quiero es surfear hasta que mis brazos sientan que se desprenden de mi tronco. Suerte que la marea está alta, remo sin parar hasta pasar una, dos, tres olas y me detengo justo donde nace la cuarta, la paso por lo alto deslizándome suavemente y con la misma suavidad me asiento sobre la superficie del mar. Me siento en la tabla y espero el siguiente set.
El sol de las cuatro de la tarde no podría iluminar más esta tierra de humanos, su reflejo sobre mi tabla espanta a las gaviotas y de vez en cuando rebota hacia mis ojos. Allí viene naciendo una buena, empiezo a remar con todas mis fuerzas y cuando estoy por encima, a patalear hasta que desciendo a toda velocidad, me paro y monto la ola primero con delicadeza y precaución y luego con firmeza y algo de agresividad. Salto sobre la ola y caigo del otro lado, exhausta pero contenta, y vuelvo a remar. Hago esto por más de dos horas, ida y vuelta, siento como mi piel va bronceándose y mis labios secándose pero no me detengo, para esto vine y de acá no me muevo si no es sobre mi tabla.
El sol cae sin más remedio y veo a mi padre hacerme señas para que salga del agua. Lo hago de mala gana aunque ya la marea estaba de bajada y a menos que quiera mi propia escena de Pointbreak ya tenía que ir saliendo tarde o temprano. Mis padres y yo nos quedaremos esta noche en Playa Venecia y mañana regresaremos a la ciudad. Salimos a comer algo al centro y por todas partes, en cada tienda o restaurant por el que pasamos vemos a la gente pegada al televisor, lo cual sería una buena seña del alienamiento cultural de nuestra sociedad para cualquier investigador, pero hoy no es esa la motivación, se trata del Campeón Junior Canales, transmitían un amplio documental con entrevistas al famoso boxeador y a su familia, y una conversación inédita que sostuvo con un periodista la tarde antes a su muerte.
Lo había olvidado, las olas me hicieron olvidar a mi Junior, fue bueno por un instante pero ahora vuelvo a pensar en él y no hago más que entristecerme. Mis padres también, el pueblo entero se entristece. Junior Canales fue más que un héroe para esta nación, fue un símbolo de lucha, nunca se dejó vencer.
-
Julieta, ya ven mija que se te enfría lo que pediste, ya olvídate por un momento de ese asunto y ven a comer, Ya mamá ya voy no tienes por qué gritarme, ya ya me senté, contenta? Ay mija no te pongas de ese genio que vinimos a la playa para desestresarnos, no para volver aun más tensos.. Y por cierto, ya quiero que me prepares tu hoja de vida para que tu padre vaya hable con sus amigos en La Bananera, aver si ya empiezas a hacer prácticas aunque sea, que de alguna manera se tiene que empezar, porque nosotros ya no estamos como para mantenerte toda la vida, tú ya eres una muchacha grande hecha y derecha, te hemos educado de la mejor manera y ya es tiempo de que te hagas valer por ti misma, Ya mamá ya, está bien, pero no me empieces con tus sermones justo hoy, Pero mija tienes que ya empezar a despabilarte, no puedes ser la misma niña por siempre, ya hablaremos de esto el lunes, ahora come.
-
No sé por qué me está viniendo este pensamiento a mi cabeza, Ramón, Ramoncito, sé que no lo conozco a pesar que sea mi vecino pero estos días no he dejado de pensar en él cada vez que me acuerdo de mi Junior. No sé por qué pero me parece que él tiene algo que decirme cada vez que nos topamos, pero nunca se acerca, ni siquiera un hola al pasar, ni una mirada suspicaz. Mañana que regresamos veré si lo saludo o algo.

23 abril 2010

Viernes



Nunca debí haber salido de mi tierra, solo fue un dia, cierto, pero me siento como esos manes que se van pa España y no regresan sino a los diez años, o no regresan nunca quies lo peor. Por suerte me lo encontré al jovencito ese que miayudó con el pasaje de vuelta, sino todavía estuviera por allá en el centro sin saber qué hacer, disimulando la montubiada porque sino esos guayacos hijoputas de una me hubieran bajado por ahi, y a pesar que soy moreno, esos hijueputas no aguantan paro.
Yo, es decir Candelario Blackman, nací en Esmeraldas al igual que mi padre y el padre de mi padre, justo después que mi bisabuelo vino desde Jamaica junto a otro grupo de obreros a construir el ferrocarril, y al igual que todos allá me ganaba la vida vendiendo la cocada que prepara Severina, mi mujer, o ayudándolo al cholo Macías cuando la pesca estaba buena, cosa que era muy de repente, ustedes sabrán, con esa fábrica atunera se acabó el pescado chico que es el que nosotros los pobres vendemos en el mercado de San Lorenzo. Nosotros los pobres, los payasos, allá los dueños del circo son los que no trabajan, los que guían nuestra vida tras un escritorio. Talvez se pregunten cómo es queste negro bruto les habla tan bonito, y hasta profundo, pues este negro fue a la escuela y al colegio, aunque numás hasta cuarto año pero me gustaba estudiar y leer, tenía buenos maestros, eran gringos pero hablaban español mejor que muchos esmeraldeños, sabían harto y me prestaban sus libros y yo me pasaba todo el día sentadote leyendo hasta que mi papá me llamaba a que lo ayude recogiendo las herramientas y cerrando la bodega, luego a acompañar a mi madre al Nocturno, a vender ahi afuerita, a los pelados que salían con hambre a esa hora.
Viajé al Guayas acompañando a mi compadre El flaco, el man venía a ver a la jeva que andaba de doméstica allá en una mansión por Samborondón, así que nos despedimos antes de llegar a Guayaquil. Antes de bajarse me deseó suerte y aunque le parecía que allá en nuestra tierra todo era mejor (aunque no haiga plata), pero que siempre es bueno hacer algo para el bienestar de la familia. Llegué al terminal y recordando lo que me dijo el Cholo Macías cogí el colectivo que me llevó al sur, a la fábrica y bodega de La Bananera, allá tenía que encontrarme con el primo del Cholo, Manuel, y aver qué salía, si nos cogían pa el laburo.
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Me fui a ver pasar la vida al malecón, no encuentro mejor lugar para poner en práctica mis lecturas diarias de post-modernismo, pasando por Hakim Bey y Bob Black, hasta algo de situacionismo sesentayochino. Me gusta sentarme de espaldas al río, para ver al otro río, el de gente, de ganado, de ropa con piernas. Me gusta observarlos, ir y venir, y prometerme nunca ser así, como ellos. No entiendo ese desangro mental que tienen todos para con los fines de semana, talvez porque para mí todos los días son diferentes, o porque no confío en los días y su engañoso progreso, porque para mí un lunes es de farra y viernes es de meditación.
Fue entonces cuando lo vi, un moreno muy alto y desgarbado se acercó y se sentó a mi lado. Vio hacia ambos lados varias veces hasta que se decidió a pedirme un cigarrillo. Se lo pasé y aproveché para hacerle conversa. Me dijo que no entendía cómo la gente se queja de que nuay plata y aun asi todos salen a pasear en viernes, de cómo se quejan del gobierno y sin el subsidio a la gasolina no podrían manejar semejantes carrazos. Me sorprendió, no tuve más que darle la razón, que yo estaba ahí por lo mismo, viendo la gente pasar sin entender lo que hacían.
Dos cigarrillos más y me confesó que la noche anterior había estado comiendo pescado con Severina, su mujer, antes de venirse a la 'gran ciudad' a buscar camello. De cómo en La Bananera lo habían hecho romperse el lomo todo el día a cambio de un plato de arroz frío y sopudo; al primo de su amigo lo habían montado en un camión, dizque para apoyar al dueño de la empresa que andaba de político. Ni enterado yo.
Le dije a Candelario que regrese a su tierra y cuide de su familia, que no necesita más que eso. Concordó conmigo, que la verdad no tenía por qué haber venido si allá, aunque a duras penas, lograba sacar pa la comida de su mujer y su hija. Que la escuela era gratis y no tenían mayor gasto. Me dijo que no tenía plata, con mucha vergüenza de su parte, yo le presté sin reparo y hasta le llamé un taxi. Agradecido, no tenía más palabras para mí que 'Dios te pague, Ramón Valdez' y se despidió con un 'Allá en el cielo nadie sabe lo que haces para ayudar así, no cambies muchacho y cuando quieras vente a visitarnos, no tenemos mucho qué ofrecer pero somos honestos. Solo sonreí y lo dejé ir con un fuerte apretón de manos'.
Regresé a mi casa con una sonrisa en mi rostro que no se borraba, y aunque lo había prometido, en ningún momento de mi encuentro con Candelario recordé la promesa que le hice a ella. Lo serio de mi honestidad me hace sonreír.

22 abril 2010

Jueves



Well I don't write better when I'm stuck in the ground.
All that I do is wait for you.
Julian Casablancas
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No hay mejor medicina para cualquier enfermedad del cuerpo, del corazón o la mente, que un solo de guitarra bien mandado, a todo volumen y si es posible un air guitarazo y un headbanging desenfrenado, terminando con un stage-diving sobre el sofá. Después de esto es imposible no dejar que una lágrima ruede por tu mejilla, de la felicidad claro, terminar la botella y recostarte a escuchar el outro de la canción.
Me llamo Ram, pero mis padres y los viejos de la facultad me dicen Ramón Valdez (bonito apellido, pero no soy dueño del ingenio azucarero). Estudio periodismo por una línea que leí en un libro del que no recuerdo su autor, un borracho empedernido, el personaje principal se debatía entre no-hacer-nada o seguir las reglas de su padre y entrar a la universidad, y preguntando cuál es la carrera más fácil se decantó por el periodismo, y así hice yo, llevo dos años de aprender de todo menos de lo que hace un periodista, he aprendido más en un verano en las calles que en 4 semestres en el puto instituto. Sin embargo, ahí estoy, no soy quién para ir en contra de los designios de los padres.
Les hablaba de mi medicina para las enfermedades, pues hoy estoy que me muero, y tras dos botellas de ron puro mis penas no se ahogan, nadan las desgraciadas. Esta mañana me topé con la mujer que me trae loco (al menos estos últimos días, no vayan a creer que soy uno de esos maricotas que se derriten por un culito apretado), la man andaba besuqueándose con el huevón de Nicolás, no me vio, no quise mostrarme y así evitar el desencanto de verla con otro. La vi alejarse y la llamé a su móvil, me contestó y le pregunté que dónde andaba que si quería ir a tomar un café y luego a ver la última de Tarantino, me respondió que qué pena, que andaba en la casa de Sofía y que mejor quedemos para otro día. Puta de mierda, bueeeno nomás atiné a decirle, nos vemos otro día.
No les he hablado de ella, pues no hay mucho que decir, la conocí el otro día en lo de Carlitos, su nombre es Ximena y a veces desearía que yo me llamara Omar Rodriguez-Lopez, aver si así me da bola, pero nada, bien apretada la conchesumadre. La verdad no sé por qué le doy tantas vueltas al asunto, ni qué fuera tan buena, pero no sé, tienen un no se qué demasiado atrayente para mi, no hemos salido más de cinco o seis veces, pero el tiempo con ella es otra cosa, y sé que ella siente igual aunque no lo demuestra, creo que porque no quiere mostrarse tan fácil.
Cambio de canción, cambio de género, cambio de época, los Strokes siempre fueron buenos para un desmadre, quitarse las penas con himnos de tres minutos, decir lo que es, gritárselo a Julian detrás del reproductor de música, en dónde estarás, I can't get along with all your friends, don't know how to act, don't know what to say, podría pasar la vida con ella, con ella sola, para mí y nuestro momento, detesto cuando tiene que meter a sus amigas en esto. Termino otra botella, a mi ritmo, a las tres de la mañana y comiendo solo, desinfectándome.
No es fácil recordar promesas, ni siquiera cuando de eso depende tu estado mental por el resto de tus días, y no hablo de dejar de hacerme la paja o empezar un regímen de ejercicios para fortalecer los músculos bíceps, sino de aquellas promesas que me hice hace mucho tiempo de morir joven, escribir hasta que mi pluma sangre, no olvidar los semáforos y los juegos, dejar de ver programas matinales en la tele, no tener oficio ni beneficio y leer hasta agotar bibliotecas enteras. No es fácil recordar promesas, en donde estaré. Ramón Valdez, muerto de un disparo en la sien, atropellado por la metrovía, asesinado por sicarios inidentificados, descuartizado por un psicópata pedófilo, todas las maneras de morir ya me las sé, todas las disfruté, que es lo peor, o lo mejor si se pusieran en mi mente en días como este.
Empieza un jueves, lo sé porque es mi cumpleaños, empieza y termina entre espacios de color violeta, nace y muere entre un amanecer y un ocaso, cual flor. Con una resaca que me impide levantarme, en la desesperación por contestar el teléfono lo arranco de la pared pero sin llegar a colgar la llamada, es Ximena, a decirme que me ha pensado todo el día, que quiere verme, que sí le digo, que mañana en el Mall, allí mismo, hasta entonces, besos. Cuelgo y recuesto mi cabeza sobre mis manos, te vas a la mierda Ximena.
El sol se oculta tras la montaña, el azul del cielo se torna naranja y algunas estrellas ya se dejan vislumbrar, agarro mis clavas y salgo a practicar, son las únicas que no me abandonan. Julieta mira por la ventana, sé que me sonríe en secreto, Esta va por ti.

21 abril 2010

Miércoles



Podría sentarme aquí mismo y pensar un millar de millas más allá. Oye primo vámos a comer algo que ya me aburrió no hacer nada. Sí, al barsito del tío, aver si tiene algun pastelillo. No loco, esa man ya no viene, tranquilo numás. Jeje, pero claro, eso lo hacemos ya mismo, vente que te invito una cola.
Severo trabajo que nos deja la vieja puta esa, qué se habrá creído pues esta huevona que viene nos dice par de pendejadas y se va, y nosotros como la pistola sacándonos la madre por hacerle su huevada de trabajo. Ya loco, yo sé pero igual, me arrecha que la man sea tan de a verga. Toma, te paso el ajisito que está poderoso. Ya? terminaste? ya pe, vamonoh.. ¡Gracia Tío!
Siempre me bloqueo en el momento exacto en el que quiero comenzar un escrito, es tan frustrante, pensar que en todo momento fluyen las ideas, poemas magníficos, cuentos de trama inexpugnable, pero justo al momento de escribir, así sea un párrafo cualquiera, se me viene el bloqueo y ahí quedo, con la mente en blanco, vacío. Dos horas me tomó terminar el texto, hora y media para pensarlo y decidirme empezar y media hora para transcribirlo, ja! la mierda.. maldita procrastinación.
No entiendo por qué nunca muchachas como ella están en mis clases, o por qué jamás están a punto de tropezar y yo muy caballerosamente estiro mi mano, las ayudo e iniciamos conversación. Qué linda estás mami, si pudiera decirle 'Por qué no vamos un rato a mi casa, a tomar un cafelito? o mejor acá al centro comercial y damos una vueltica'.. Qué lámpara ese man, demasiado ficha la cara de ese desgraciado, mejor me muevo un poco hacia la puerta, igual ya mismo llego a mi parada. Pero por la puta, por qué siempre va tan llena esta mierda?! Adiós mami, fue tan lindo verte, algún día volveremos a topar.
Mediados de mayo y la lluvia no para, por qué no para? por qué Dios no se lleva su lluvia para el Africa y nos trae esos vientos que matan en el Caribe. No me gusta mojarme y llegar a un lugar donde todos están secos, pero si está lloviendo y ellos qué entienden, si tienen carro y hasta chofer. Ahora toca comprar pan y cola, nu hay nada pa más tarde, qué pereza de caminar, no entiendo como llevo haciendo esto los últimos 264 días, todos iguales, sin descanso. Al menos con música todo es más llevadero, The Mars Volta funciona como nube voladora cuando más cansado estoy, sobretodo cuando escucho la de Cicatriz ESP, que vuelo!, no sé como hay gente que aún sigue escuchando reguetón cuando estos gringos se la rifan.
Ahí está ella, uy no, deja arreglarme el pelo un poco, no vaya creer que soy un descuidado, Está leyendo, qué linda se la ve, voy a subir despacio, así la veo con calma, y ella también. Hola Ramoncito, Hola Julieta cómo le va, pues bien, con calor eso si, Ah pues eso siempre pero ven te invito un helado y se nos pasa el calorcillo. Paso de largo, giro la llave y entro a mi mundo, Julieta García continúa leyendo bajo su portal.

20 abril 2010

Martes



Viste mami que me lo mataron a mi Junior, ¡Ay mijita! no hable peste del campeón, Pero es cierto mami, me lo mataron, me lo mataron esos gringos desgraciados, Basta Julieta, aprieta la lengua y explícame bien todo esto que dices, Que lo mataron mamá, lo acabo de ver aurita en el noticiero.

Esa noche, al llegar a casa, Don Artemio fue recibido por los sollozos de su hija que, al canto de '¡¿Papá supiste?! ¡pobre mi Junior!', se desparramó a sus pies. Si mija, un cumpa del laburo me contó lo del campeón, pobre de su familia, tan joven.

Julieta no paró de lamentarse hasta casi la medianoche, su madre le hizo compañía con rezos constantes, encomendando a Dios el alma del Campeón. Las fantasías recubren lamentos, mamá ¿por qué?, no lo entiendo, ¡lo tenía todo! No te olvides de lo que pasó con la modelito esa, Sí mamá pero ella no lo merecía a él, además que eso ya fue hace tiempo, No creas miamor, donde hubo amor cenizas quedan, así que mejor ya duerme que está lloviendo y mañana no habrá carro que te lleve a clases, ¡Ay mami! pero le digo a Ramoncito que me lleve, de eso no hay que dudarlo, él lo hará, Mmm bueno pero no sé, no me agrada mucho ese muchacho, siempre tan solito.. y por cierto ¿dónde andará que hace días que no lo veo? ¿Días? si apenas antier estuvo ahí en su terraza jugando malabares, como siempre.

Campeón invicto tras 27 peleas, Junior Canales ahora pasaba más tiempo en Las Vegas del que hubiera imaginado cuando lustraba zapatos por las plazitas de su natal San Juan. Aún así nunca se olvidó del trópico latinoamericano y siempre volvía para ver a su gente. El 27 de enero del '97 se casó con quien fuera el amor de su adolescencia, en Miami; a dos meses de haber obtenido el título de campeón del Consejo Mundial de Boxeo en categoría ligera.
La noche en que mató a su esposa, Junior Canales nunca se había sentido tan desesperado en su vida. Todo lo que aceptaba como cierto no lo era. La realidad no reflejaba lo que sus ojos veían, y las imágenes que constantemente llegaban a su cabeza eran tan solo meras representaciones fallidas de una sórdida realidad camuflada.

No sé quien soy, no sé qué hago aquí ni por qué me casé contigo.. mira, yo te amo y creo que a nadie podría amar más de lo que te amo a ti, pero.. pero está esto, esto que me agobia, Pero mi amor, ¿por qué no me cuentas? o cuéntaselo a alguien más, tienes que contarlo, no te lo puedes quedar, No puedo, sí puedes, No, no puedo.

Junior Canales dirigió sus pasos a la cocina y luego al cuarto, Emma dormía. Él se acerca, la siente, la besa y se acuesta a su lado. No sé si soy o si les pertenezco, no sé si el amor es para mantenerlo. El cuchillo resplandeciente rasga a Emma, la atraviesa, la penetra. Junior enjuaga sus lágrimas y se reclina en el sofá junto a la ventana. Pasan dos días hasta que decide entregarse por su propia cuenta. La policía no logra explicarse el asunto, Junior es un personaje tan querido que verlo tras las rejas le amarga el día a cualquiera.

El dos de abril pasado el Campeón fue encontrado muerto en su celda. De una soga colgaba su cuerpo, no habían señales de pelea ni de forcejeo, todo tan limpio, pulcro, fantasmal. Solo algo, una nota en el bolsillo de Junior que decía: ..y si no tengo nada cómo me sostengo.

La tarde del día siguiente Julieta García y su familia acudieron al cementerio. No estaban solos, los acompañaban más de doscientas mil personas en procesión desde la casa del Campeón. Nunca se vio tanta conmoción en un funeral, ni en días de guerra. No hubo clases.

19 abril 2010

Lunes





¿Qué día comienza la semana, lunes, domingo.. sábado? ¿De verdad comienza? ¿Es acaso el lunes el inicio de nuestras desgracias, ya vislumbradas desde el temible y pasivo domingo? Lo que sea que un lunes signifique a mí me da igual, tanto como jaranear un martes, dormir un jueves o salir a camellar en domingo. La semana ni comienza ni termina. Esta manía colectiva de ponerle principio y fin a cada período divisible de tiempo me parece enfermiza, si quieren trabajar por qué no trabajan de largo y si quieren no-hacer-nada como yo, que lo hagan sin parar.

Julieta que no viene y se me enfría la soledad, ya hasta me dan ganas de irme a dormir. Nada que hacer. Nada que leer. La televisión está insoportable, como siempre. ¿Dónde estarás Julieta? Temo que tu nombre sea presagio de nuestra desgracia; pero no, tú no tienes apellido elegante ni extranjero, tú eres García, Julieta García y tocarás la puerta en cualquier momento. Pero aunque sea un mensaje, ¿entonces para qué tiene móvil? No, yo no la llamo, qué pena con ella, molestarla tanto; y yo que no la merezco, pero ella no lo sabe, no sabe que frecuenta a un ser tan desastroso, Hikikomori como dirían los japos. Pero qué mierda, un mensajito no es tanto molestar, ahí va, y mejor que respondas, puta.

Un lunes es igual que un martes y que un miercoles, lo que hago en miercoles lo hago en martes y lo hago en lunes, ¿por qué empezar algo que terminará en un nuevo comienzo exactamente igual que el anterior? ¿por qué comprar el periódico del jueves, del viernes, del sábado? Sería bueno un diario semanal, no, mucho mejor que no haya prensa; no creo en quien la cuenta, ni en quien la produce, ambos se encuentran fuera de esta representación de cada día, asi como una salida de seguridad a 30 mil pies de altura, la ilusión de la seguridad, la ilusión de la ciudadania.

Julieta García, 18 años, alta, blanca, ojos verdes y rizos cafés. Estudiante de algo que no me interesó preguntar. Porque eres tan hermosa pero tienes que morir, yo sólo quiero algo de amor antes que tengas que partir. Claro que yo no te mataré, ni te guardaré de reliquia como aquellos niños a Berenice. Yo solo te quiero aquí. Estas páginas resecas ya no endulzan mi pesar, y todo lo que hace mi mente es dar pasos hacia atrás, hacia un mono mirándose en el agua el primer día del mundo. Necesito una nueva piel. Julieta, me estoy quedando dormido y no escribes ni llamas, ni apareces.

No gracias, no quiero agua, acabo de subir cargando el botellón, sí sí sabía pero supuse que ya no vendría. Ok, listo, la próxima semana será, gracias, gracias. Viejo cabrón a la hora que se le ocurre venir con el agua, tanto que se agitó mi corazón al oir el portazo, ojalá Julieta no tarde en llegar, aunque sea tarde, así le contaría lo que me costó traer el agua, lo delicioso del café con el ultimo libro de Caicedo que conseguí. Ojalá traiga cigarrillos.

Me duermo Julieta, me duermo y no te espero. Acaba el día y acabaré junto a él. Acabaré mi lectura, mi café, mi espera. Espero llegues pronto, y que no te asustes por la sangre, no será mucha, eso espero. Te quise desde la primera vez que te vi asomaba en tu balcón, cuando leías a la luz del verano y yo me peinaba media hora para pasar a tu lado. Deberías socializar más con tus vecinos, Julieta. Mejor aquí termino porque pronto será martes y los segundos en la lista no me agradan. Si tan solo me conocieras serías tan feliz.