21 diciembre 2011

Tesis para una cosmogonía de supermercado o Bildungsroman listo para servir


Nothing is true, everything is permitted - Hassan-I Sabbah en Alamut, por V. Bartol
Si dios no existe, entonces todo está permitido - Dostoyevski

UNO. El hombrecito, que es todos los hombres sin saberlo, levanta la cabeza pero no por su propia voluntad y se ve rodeado de luces y más hombrecitos, indistintamente. Luego de un momento que parece toda una eternidad empaquetada el hombrecito es ya una mujer de plástico exhibida en el pasillo 1-A de la sección Comestibles. La mujer de plástico venera dioses de carne. Los dioses de carne, extrañamente, no se encuentran en stock.

DOS. El hombrecito que es todos los hombres también tiene cinco años y vive debajo de un puente inamovible (el niño, no el puente). Este buda miniatura de panza golosa y ano en ebullición sueña con ser el puente movedizo: como figuras de Lego, pedazos inconmesurables de concreto caen cada día bajo el peso de los lamentos que ruedan por la superficie. El buda-niño es arrastrado por una alfombra de hormigas quienes todos los días abogan por su iluminación.

TRES. Un hombre cualquiera recorre un barrio residencial portando un cartel y frente a una casa cualquiera se detiene con su sonrisa de funeral. El cartel dice: 
Mi cabeza puede ser tu revólver, bailarina del polvo y amante del eterno.

CUATRO. El hombre cualquiera es en realidad el hombrecito que es todos los hombres. La casa cualquiera sigue siendo una casa cualquiera. Y a la bailarina la estamos creando.

CINCO. El universo cabe en un supermercado. La sociedad ha querido verse representada en la escuela, en la oficina, en la milicia. La sociedad no es más que la sección Aceitunas rellenas con chocolate dentro de la sección Aceitunas rellenas dentro de la sección Aceitunas dentro de la sección Juguetes para pasar la noche.

SEIS. Interior-Universo. Se abre el telón. El único personaje grita: Este enunciado es falso. Se cierra el telón.

SIETE. Ante la arbitrariedad, este apartado se declara en huelga general. Más adelante (en el tiempo y el espacio) publicaremos nuestro manifiesto llamando a la unidad de las tesis y la conciencia de clases. Ningún hombrecito que es todos los hombres pretenderá asumirse como producto de una narración sin ton ni son.

OCHO. Roberto Bolaño es un personaje de Javier Cercas. Los dos son ahora personajes de la mujer de plástico, quien escribe esta historia desde la sección Ropa -no tan- casual, cerca del baño 34B.

NUEVE. El hombrecito que es todos los hombres es ya una vieja enana vestida de impermeable quien impacientemente hace fila para pagar una prueba de embarazo mientras en su bolso lleva un ejemplar de la mujer de plástico precocida para divertirse un día de sol. La vieja enana se llama María. María no es ningún nombre bíblico.

Postdata de 1985: Orwell es un farsante y seguimos en busca de la bailarina, algunos (no les creemos, se parecen mucho a nosotros) nos dicen que ella ya tiene quien le quite lo bailado.

29 noviembre 2011

El hombre-poema

Cualquier intento de representar una forma
imposible, es de por sí una clase muerta
Tadeusz Kantor


Camino el mundo como víctima de un harakiri inconcluso
Cabeza cortada por error en la cosmogonía de un beso y una cachetada

Voy por el mundo buscando corregir este cercenamiento
Los fantasmas de mis miembros muertos duelen
Incluso en el espectro de un alma que nunca tuve

Como protagonista de una novela mexicana
Me pregunto al ver cada rostro que recorro:

¿De qué río se nos habla en ese extraño exilio
que es la escritura?

Lo que sucede es que Yukio Mishima
Tuvo una muerte salpicada de honor
Y lo mío acaso no es más que un sueño
Dentro de otro sueño: el acto de morir cada día
Como síntoma de una historia infinita,
Como sentencia inacabada de este personaje
Violento y suave entre los hombros:

Te confieso que yo soy el verdadero hombre-poema.

16 noviembre 2011

2 > 4

En un mundo de ruinas grasientas
Lo único sensatamente posible
De hacer
Es pedalear sobre ellas

El sabor del caos

La ciudad es una impresión difícil
Deja de tener su gracia por las noches
Contra mí - Nicole Cecilia Delgado

1. El asfalto es una pista de patinaje del infierno. La jalea negra y pestilente sube oliendo a sudor y cigarrillos viejos. Descendiendo por la vía el señor de cabeza colorada piensa que va por la Auto-bahn.
2. La universidad caótica acoge en su panza a medio parque automotor de la ciudad. No sé hasta qué punto las máquinas van a la escuela a ser mejores. O peores.
3. Guayaquil sabe a anacronismos y a residuos de modernidad gastada. No, su corazón de abuela no transpira entropía. La ciudad del río y el estero está más allá de todo orden y desorden.
4. Bajando la 9 de octubre como se baja por la espalda de un cuerpo deseado es la única manera de bajar. Con el caminar africano y la mirada en los balcones desgastados que reposan sobre vitrinas empañadas.
5. Bajo la lluvia, los adoquines; y bajo estos, no la playa, sino el mangle eterno. Árbol mágico que fuiste casa del real Don Goyo. Ya no existes. Por eso te queremos. Te extrañamos. Te queremos de vuelta en las páginas de una guía de turismo. Mangle de todos nuestros lamentos.
6. En la ciudad hay un cuadrante de libertad no invadido por las fuerzas de quien nos gobierna por obligación consentida. En la plaza de los fotógrafos jubilados se respira el comercio libre y sudoroso, como le gusta al pueblo. No hay burros ni sus ladrones.
7. El espacio público es la utopía del siglo veintiuno. En el siglo veinticuatro será el tiempo público. Pero eso ahora no importa. Nos importa el helado viendo al agua. La cabeza de cualquier macho anciano recubierta con una capa de bronce y chispas de chocolate.
8. Guayaquil entra y sale por la boca. Son sabores nunca saberes.
9. La ciudad de la furia es una canción triste. Guayaquil es alegre como solamente lo pueden ser quienes bailan en la desdicha.

12 noviembre 2011

Esto apenas comienza

Don’t know what I want,
But I know how to get it.
Sex Pistols, Anarchy in the UK

Hablamos de una Guerra totalmente
En latencia. Que tiene el tiempo.
De una guerra de posición.
Que se libra ahí donde estamos.
En el nombre de nadie.
En el nombre de la existencia misma,
Que no tiene nombre.
Tiqqun, ¿Cómo hacer?

Hartos de los machos ancianos de barbas infinitas
Como su virilidad clásica
Medios
Espejismos
Cualquier cosa
Solo representan lo que no pueden representar:
Una nueva ética amatoria del deseo

Debemos construir nuevos antepasados
Que nos hagan más libres

Bienaventurados los huérfanos, el caos del mundo les pertenece

Los machos ancianos y sus barbas teóricas
Nunca practicarán la anomancia
Nunca verán el futuro a través del ojo inexpugnable
Espectros
Repeticiones
Siempre la primera y última vez
Nunca la felicidad, nunca la revolución, nunca el desastre: la gran crisis

Somos los niños perdidos de Nunca Jamás
Ulises frente al Cíclope nombrando nuestra inmortalidad
Delincuentes y príncipes libres, todo a la vez

Bienaventurados los niños perdidos, de ellos es el reino de los cielos

A los ecologistas de última hora les decimos:
No nos interesa la presencia del abismo
El abismo es la presencia
Devenir indiscernibles y volver a degustar
El placer visual del hormigón sucio

Estamos en guerra
La fiesta ha terminado
Sin embargo, si no puedo bailar, esta no es mi revolución
Emma Goldman dixit tropecientos años detrás
Desde las calles decimos:
Si no podemos (r)evolucionar, este no es nuestro baile

Bienaventurados los imbéciles, porque de ellos es el reino de la tierra.

01 noviembre 2011

Miamor esto no es amor

So messed up I want you here
In my room I want you here
Now we're gonna be Face-to-face
And I'll lay right down In my favorite place
And now I wanna be your dog
Iggy Pop and The Stooges – I wanna be your dog



Quiero ser tu perro sangrante
Con el rabo incendiándose por la fricción antes de que un nuevo ciclo borre del mapa

El aguaje de tus caderas

*

Algunas mujeres son más grandes que otras Dijo Morrisey,
Lo que me recuerda que
Morir a tu lado es una manera tan divina de morir
Solo que este aliento que se fuga no es la muerte
Sino tan solo su reflejo en un espejo invisible
Y su anhelo de existencia en un extremo del rizoma,

Acá, del otro lado, hemos hecho del suelo Un nuevo manto de Turín Podría calcar tu figura de titán y guardarte de recuerdo Bajo mi colchón Dormir cada noche sobre la palpitación oscura de tu pubis Con mi cabeza apoyada en tus senos de origami

*

Alguien alguna vez dijo que toda historia de amor
No es más que una historia de desamor,
Yo agrego que el amor sirve para sentirlo con el ojo negro:
No seremos libres mientras tengamos agujeros insalvables e inexplorados

Mi historia, ni es amor ni se acaba todavía No hay necesidad de escribirla Esa tarea, acaso infinita, se la dejo a los que creen que escribiéndola, la historia del amor vivirá por ellos, y a todos sus descendientes que son, sin temor a decirlo, toda la humanidad

¡Huelga humana, huelga de vientres y huelga de género!
Le copio el grito de guerra a mi guacho del sur
La luddita de bigotes, hija descarriada de la gran tradición progre latinoamericana

Amor Roma
El imperio de los sentimientos
Ni dios ni amo
Pero yo soy mi propio dios y el dueño de todos mis pasos

*

Atlas, levantando el velo de un solipsismo sin fin
Me agarra de los cabellos con fuerza agridulce
Y me dice:
Ni Dior ni amor

Alabado sea Dionisio, esta vez volví
Convirtiendo el mundo en una fiesta,
No me sobra el tiempo

Recuesto mi cabeza en la raíz de dos troncos inmensos de mármol divino, podría decir que soy feliz, pero la felicidad es una ilusión. Nuestra condición es una afectación libre de nuestros deseos. Del otro lado de la cortina febril de este volcán humeante, una voz que suena díscola y llena el cuarto con su olor a humedad me lame los oídos y me dibuja una última frase de placer

Esto no es amor, mi amor.

02 septiembre 2011

Visita a La universidad desconocida

Sueño con un sueño de detectives,
poetas investigadores de otros sueños
que son en realidad la pesadilla
latinoamericana: generaciones y
generaciones de flores marchitas pisoteadas
pulverizadas y absorbidas por la pampa
martinfierrista o las regiones más transparentes

los detectives poetas me llevan por senderos
oscuros de algún edificio o conjunto de edificios,
caminando nos encontramos con otras personas,
comprendo que se han acostumbrado a la
penumbra, que esto algún día fue un sendero
luminoso

junto a los poetas detectives sueño en un salón
de clases desocupado, hay, sin embargo, un pupitre
ocupado por un niño o un ser diminuto,
me acerco y veo que cada asiento tiene un nombre,
en el del niño leo: Miguel Muñoz, y me pongo a llorar
me lanzo al suelo desconsolado y noto que los
poetas detectives ya no están, el niño ha desaparecido
también y me despierto

Estoy en un sueño dentro de un sueño
me despierto de un libro de Bolaño que
nunca he leído y caigo en un laberinto borgiano

Somos

Fuera de la representación
de M como el poeta malo
está, como luna de sí mismo,
el otro: M, el mal poeta
que quiere ser su propio sol

Porque entre poeta malo
y mal poeta no hay
diferencia alguna
más allá de que
uno lo sea por convicción
y el otro por natura

Una vez leído Borges
asumimos nuestros fallos
M malo y mal M
maldecidos por los espejos,
la cópula de un progenitor
desconocido, y la lucha
por existir

Olvidé preguntar cuál es mi papel
en esta obra: teatro del absurdo
salpicado de comedia banal,
he dejado de lado
(y por consecuencia hemos)
a Shakespeare y desde Descartes
mutamos hacia: Soy, luego eres.

21 julio 2011

Un plato que se disfruta frío

Dos días había pasado John Jairo Cárdenas Sánchez encerrado en el pequeño cuarto alquilado que ocupaba desde su llegada. Acostado sobre la cama sin colchón, miraba al techo desde donde pendía un viejo ventilador oxidado. John Jairo se extrañaba al pensar que el óxido lo perseguía, lo veía como metáfora de su propia vida. En el cinto del pantalón sentía la frialdad de su compañero inseparable, metió la mano debajo de la camisa, lo acarició y lo levantó por encima de sí. El revólver color naranja con pintas metálicas estaba recubierto en ciertas partes por una capa de sangre seca. John Jairo dejó el arma sobre el aparador que estaba a su lado y se quedó viéndolo, contemplando su magnetismo. El revólver despedía un brillo puntiagudo cada vez que alguna asta del ventilador le echaba un reflejo de sol, casi como un guiño sonriente para John Jairo, que se quedó dormido con los ojos abiertos fijos en su compañero.

Al despertar, John Jairo Cárdenas Sánchez, se dio cuenta que era de noche por la ausencia de reflejos en su amado revólver. Pronto serían tres días de consumada la venganza. El gozo del golpe fallido (aunque John Jairo nunca lo supo) le producía una profunda alegría, una ensoñación lenta que manaba del revólver oxidado y que crecía con el paso de las horas. El viejo revólver bailaba ahora sobre su mano, daba volteretas y se detenía en las más raras posiciones; este juego lo disfrutaba John Jairo en una completa serenidad. De repente, y sin darse cuenta, tocaron a la puerta. El revólver empezó a latir febrilmente, se apuntó a sí mismo hacia el origen del ruido, se cargó de rabia por el descongelamiento del placer y se descargó en un orgasmo violento, sonoro y fatuo.

15 julio 2011

La venganza

El día en que John Jairo Cárdenas Sánchez ejecutó su venganza, nada pudo haber estado más dispuesto para la desgracia. Imagine lector la siguiente situación: amanecía y la mañana seguía pareciendo noche, la lluvia era tan fuerte y tan pesada que cuando John Jairo salió a la calle a la primera cuadra ya estaba empapado. Sin contar el espectáculo que resultaba para todo el barrio, congregado en los balcones, ver a un único peatón saltando entre los charcos. Si algo resultaba mal (como ya debía John Jairo empezar a suponer) la policía disponía ya de suficientes testigos. Siguiendo, sin pena ni gloria llegó nuestro personaje a la parada de autobús, donde siguió mojándose hasta que se embarcó. Pasaron los minutos y la lluvia no cesaba, parecía que avanzaba junto con el autobús, siguiendo a John Jairo a donde fuera que vaya.

Ahora dirá usted, lector crítico y empecinado, que no puede contarse historia más gastada que esta que transcribo. Lo que sucede es que no se trata de ninguna ficción, esto que estoy contando sucedió en la realidad, y pasa que en la vida real las ficciones se repiten sin cesar, nadie escapa del lugar común.

Decía que John Jairo seguía viendo la lluvia por la ventana del transporte, hasta que llegó al centro de la ciudad, al edificio de las oficinas de Aseguradora Continental. Subió veintisiete pisos, recorrió un largo pasillo, entró por la última puerta de la derecha, avanzó unos metros y de nuevo entró por la derecha a la primera oficina. Sentado en un escritorio de espaldas al río se encontraba Miguel Muñoz escribiendo tranquilamente sobre una libreta. John Jairo entró, lo reconoció, sacó el revólver y se desprendió de toda la carga del tambor sin pausas ni remordimientos. Fue tanta su excitación que parecía un extraño caso del síndrome de Amok: llegó, mató y se fue, sin ton ni son.

Lo que no se imagina usted lector, es que en Aseguradora Continental todos los empleados, desde cierta categoría en adelante, somos obligados a llevar chalecos antibalas. Usted sabe, hay que trabajar seguros.

14 julio 2011

Las viejas blasfemas

Viejas blasfemas recorren la estancia
no han perdido la locura
como la señorita avara de plaza de mayo
M no se inmuta, no presta atención
ni tampoco la cobra

de repente las viejas se toman la tarima de
cualquier político en cualquier contienda
electoral, no importa, lo que sí interesa es
que las viejitas se trepan, se amontonan,
se reproducen

ahora M mira estupefacto la escena
que se desarrolla en todo su esplendor
en frente suyo, el paisaje se llena
de viejecitas rebeldes
cualquier político ha perdido su voz
y ahora se marcha con cualquier excusa
en cualquier carro negro

M no tiene muy claro el papel de
las viejas blasfemas, tan solo
observa con detenimiento, se
arrima a un árbol,
parece que las piernas se le cansan
y se sienta en una banca muy cerca
de la tarima donde ahora las viejas
empiezan a desnudarse: se sacan
todo, hasta las enaguas y una que
otra tanga, M sonríe cuando su
mirada se cruza con alguna que baja
sonrojada desde la tarima

las viejas han quedado desnudas
y contrario a lo que podría pensarse
en la estancia (o parque, o plaza)
solo se encuentran ellas,
arrugadas como testículos,
y M, que no deja de mirar y sonreír

De improviso nace el sol
las nubes se amontonan en
cumulonimbos, y actores
y espectador dejan la escena
caminando en direcciones contrarias

Solo un niño solo, desde cualquier rincón
de cualquier plaza en una ciudad cualquiera
aplaude fervorosamente la rebelión de
las viejas blasfemas.

Coffee break

Abren la cortina de mi sueño matinal
un grupo de enmascarados irrumpe
en la calma de la fiesta mecanizada
y gritan:
¡nadie se mueva!
--¡arriba las manos!
---¡esto es un contrato!

no hay café colombiano que me levante
de mi letargo infinito
a lo Oliverio Girondo:
sempiternísimamente archicansado
es que no estoy dormido
ni despierto del todo
percibo hologramas
--de reflejos
---de copias
----de las cosas que me dicen "son reales"

me tranquilizo, los enmascarados se han ido
no era nada, mi jefe los ha despachado
y de paso ha firmado el contrato
por mi
--por todos
gracias señor
tengo tiempo para una siesta
o para actualizar mi estado
lo que venga primero:
el cansancio o la urgencia de pertenecer

qué más da.

Poética

Eres tu propio dios
tu propia inyección
alucina mundos
huye a las montañas
con Elqui
con Prchal

porque poesía no es más que

el silencio de
el ojo de oro
la cordura de
Lucho Hernández

poesía no es más
que una nueva
forma de habitar
la Tierra.

30 junio 2011

Et cetera

Y lo demás ya lo olvidé
Acurrucado bajo el fulgor
Vino salado de la estepa
*insertar secuencia de imágenes*
Etc
Etc.
Etcétera
Et cetera

Hace dos años tenía una esposa, un hijo, una hija, etcétera. Un día de verano, soleado, caluroso, etcétera, salimos a pasear en auto hacia las afueras de la ciudad. También tenía un perro, dos gatos, unos cuantos peces, etcétera. Cruzamos la frontera urbana y paramos al pie de la carretera, para acampar al pie de un acantilado costero. Primero bajé yo, luego mi esposa, luego mi hijo, etcétera. Tendimos una manta en el suelo y colocamos (no recuerdo si en este orden) pan, queso, jamón, etcétera.

Luego desperté en una comisaría (o eso me gustaría creer) y un policía no se cansaba de repetir: ¿Y lo demás?, ¡Y lo demás!, ¡Y lo demás loco de mierda!

Lo demás se sobreentiende gracias a una progresión lógica o al contexto
Lo demás no interesa expresar
Lo demás lo he olvidado

Y lo demás es etcéteramente etcétera

29 junio 2011

Papá

¿Por qué me deseaste?
¿por qué me pensaste?

nunca te hice ningún mal
y sin embargo me llevabas de la mano

me ataste a tu sonrisa
y te acostabas con mujeres

te vi partir cada día al trabajo
mientras la tele me alimentaba

te declaras inocente de toda culpa
tú no sabías nada
y aún así

¿por qué me sacaste de tus entrañas?
¿por qué me jodiste mi existencia?
¿por qué no tengo padre, papá?

La pasajera

Quiero ser tu Bruce Willis
maniática y desenfadada,
el radar de tus ojos
solo funcionará esta noche
antes de que él te lleve
al infierno de las palabras

Sí, él, Santiago
autor de tu muerte
y de mi muerte

Tranquilo, no te muevas
o tu cabeza caerá
por el abismo de la oración

Es inútil huir
tu huida está escrita
al igual que mi presencia
pero no así esta palpitación
esta humedad del trópico
que reclama el asalto final
la estocada del torero
a la bestia sangrante

Quiero un aborto tuyo,
tu mejor regalo
será el fantasma de un feto

Jódete Santiago Roncagliolo,
esta muerta indolente
no vivirá virgen.

15 junio 2011

El mejor poeta es el que mejor se vende

Voy a escribir los mejores
versos que has leído,
le cantaré a la naturaleza
y a la vida
de una forma nunca antes vista

Retrataré el horror en la cara del indio
al ver sus tierras inundadas
por la represa,

Se llamará (el poema) Belomonte y me ganará cinco premios

Que es trillado, me dirán
que el progreso requiere de indios desamparados
que ya todo está dicho

Entonces me declararé postmoderno
y escupiré versos catatónicos
le cantaré al alcohol y a las prostitutas
y saborearé mi gloria a través del suicidio

Que ya todo está dicho, dicen de nuevo
¿qué quiere entonces el lector contemporáneo?
¿quiere resquebrajamiento o quiere evasión?

Cantarle al amor
a la existencia
al placer
al sexo

Ya nada inquieta

Sin embargo, lo haré
me mojaré y lo haré

Voy a escribir los mejores
versos que has

¡Alto!

Encienden la tele...

¡Hola, soy Andrés Guschmer, y soy un hombre Yanbal!

...Apagan mi mente.

El origen

A Paul Verlaine y Luis Hernández

En la gruta donde
fluyó nuestra atracción,
se encierra, bajo las
conchas incrustadas,
el origen de mi confusión

Sin embargo,
no he vuelto ya a esa playa,
donde el jardín de tu pubis
me sonrojó las neuronas

Nada puede herirme,
solo tu dolor, mujer

Y voy (detrás de ti)
buscando la manera
de que la duda sempiterna
me deje de turbar.

09 junio 2011

Manifiesto Intertextual [Poético-terrorista]*

Aquello que puede ser mostrado no puede ser dicho
Wittgenstein

El decir no es lo dicho (le dire n'est pas le dit)
Heidegger

El lenguaje es opresión
Foucault

Un idioma es el universo traducido a ese idioma
Granizada – J.A. Ramos Sucre

Anda en mi cerebro una gramática dolorosa y brutal.
Flor de contradicciones bailando un fox-trot sobre el sepulcro de Dios.
Leiramombaririlanla
Altazor – Vicente Huidobro

Estamos viviendo el luto de nuestro tiempo
No a las respetables putas de la belleza
No a los distinguidos perros de la poesía
Todos los géneros son una convención que no necesitamos
Héctor Hernández Montecinos – de Los sueños divinos (1999-2009)

Hay que abrir de par en par las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella.
Julio Cortázar, Rayuela, capítulo 147; extraído de Tratados en La Habana, de José Lezama Lima.

Ni tibios epicúreos, ni inflados sibaritas. Una especie de hedonismo espiritual, un verdadero Sendero del Placer, la visión de una buena vida que es a un tiempo noble y posible, enraizada en un sentido de la espléndida superabundancia de la realidad.
Hedónica aplicada – Hakim Bey

Dar rienda suelta a las pasiones inmorales, en la cotidianidad, en nuestras intimidades. Correr hacia el abismo de lo desconocido. Provocar el fin de las normalidades.
Pasiones inmorales – Axión//Protesta

La vida giraba en torno nuestro como el paisaje en los ojos de un ebrio. ¿Tiene sentido esta vida?Trabajamos para comer y comemos para trabajar. Lo que hay, es que esas cosas uno no las puede decir a la gente. Lo tomarían por loco.
Y yo me digo: ¿qué hago de esta vida que hay en mí? Y me gustaría darla... regalarla... acercarme a las personas y decirles: ¡Ustedes tienen que ser alegres! ¿saben? tienen que jugar a los piratas... hacer ciudades de mármol... reírse... hacer fuegos artificiales...
Y me dan ganas de reír, de salir a la calle y pegarles puñetazos amistosos a la gente. Y seré hermoso como Judas Iscariote y toda la vida llevaré una pena.. pero ¡ah! es linda la vida.
Yo no soy un perverso, soy un curioso de esta fuerza enorme que está en mi.
Extractos de El juguete rabioso – Roberto Arlt

Chúpaselo, chúpatelo, chupémoselo.
Subvertir la realidad cotidiana de la poesía actual.
El riesgo siempre está en otra parte. El verdadero poeta es el que siempre está abandonándose. Nunca demasiado tiempo en un mismo lugar, como los guerrilleros, como los ovnis, como los ojos blancos de los prisioneros a cadena perpetua.
Manifiesto infrarrealista – Roberto Bolaño

Nuestro egoísmo es ya superlativo; nuestra convicción, inquebrantable
Como Zaratustra nos hemos librado de la pesadez, nos hemos sacudido los prejuicios. Nuestra gran risa es una gran risa.
Combatir la nada oficial de libros, exposiciones y teatro.
Manifiesto estridentista número 1 – Manuel Maples Arce

Únicamente cuando se pierde todo somos libres para actuar.
La autoperfección es simple masturbación, sólo la autodestrucción conlleva evolución.
La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos sufrido una gran guerra, ni una depresión. Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seriamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco lo entendemos, lo que hace que estemos muy cabreados.
El club de la pelea – Chuck Palahniuk

Como poeta sería maricón o, si acaso loca, como Whitman y Blake. Neruda y Paz, en cambio, son maricas.
Roberto Bolaño, EL MUNDO, 14 de agosto de 2002.

Tomen el Pornoterrorismo y háganlo suyo, coman de él todas, déjense poseer por él, que su mutación continué con tantas formas como cuerpos haya, que su escurridiza forma siga escapándose de las manos de todas, ya sea por cosquilleo, ya sea porque nos ha cortado la carne y ahora sangramos.
Manifiesto Pornoterrorista

Everything is a remix. Todos somos parientes de Pierre Menard. No te confíes de las palabras. No hay necesidad de buscar la “originalidad” vanguardista, tal sutileza no existe. Tan solo busca develar lo antes dicho y darle la vuelta de tuerca que los ojos-tuerto no han visto.

Militar contra toda institución de cultura. Vamos a lanzar huevos a la Casa de la Cultura (que más parece un museo de ratas). Vamos a lanzar poemas al basurero municipal. Vamos a lanzar sapos sobre las cabezas de los congresistas.

Tenemos la rage, como Kenny Arkana, estamos cansados de la nueva ola posmodernista putista droguista neohippie. Ya todo lo hicieron los Beats. También Allen Ginsberg, amigo personal de Martín Adán. Incluso el testaferro de la oligarquía incursionó en la pornomiseria (para qué recordar la porquería de versos del tipo “solo nos queda Barcelona”). Estamos hartos de todos los poetas-estrellas de rock-suicidas que lo que necesitan es penetrar o ser penetrados. “Después de clases nos matamos” parece que gritaran en sus versos vomitados.

Seamos baudelerianos en la técnica, rimbaudianos y lautreamontianos en la actitud.

Hay que habitar poéticamente, como cuando Ferlinghetti nos señaló entre las llamas.

Proletarios del mundo entero, váyanse a la mierda. Burgueses del mundo entero, auspicien mis obras, luego váyanse a la mierda también.

Acepta la miseria de tu existencia y sé feliz por primera vez en tu vida. No hay nadie a quién salvar ni nada qué celebrar. Hace falta que no haga falta nada. Que no te moleste. Exprime los libros. Devenir Funes. Cultiva la metáfora y el relato breve. Sé conciso y cuida el ritmo. A la mierda latinoamérica la barroca. No más macondos ni catedrales ni heroes ni tumbas ni julius ni pájaros obscenos. Queremos más continuidad de los parques, más ultras, más grageas para morir de pie (como diría el Huilakso).

Pelea con nosotros. Tal nuestra invitación tal nuestro mandato. Que llueva sangre.

Interven. Este manifiesto será re-escrito una y mil veces por todos.


*Manifiesto no reconocido por
ninguna organización desde
alguna parte del mundo.

01 junio 2011

No somos terroristas

La vida es sueño, mi amor
tú lo sabes bien;
nos queman el mundo
y solo ruego
que me alcancen
las caricias y los besos

para despertarte a medianoche
y pedalear sobre las ruinas
de su mundo
de rosarios y listones;

estamos despiertos,
deja que los demás duerman;
bandoleros desnudos
entonando canciones piratas,

¿Quién quiere dormir
en una ciudad que nunca despierta?

11 mayo 2011

Diario (La rayuela y el caligramalhecho)

(Texto encontrado entre uno de los diarios de Janos, que a su vez había encontrado una parte en sus cuadernos de colegio)

Miércoles 11 mayo 2011 (22:13 horas):
(Hoy encontré este pequeño texto entre las hojas de un cuaderno cuadriculado que tenía debajo de mi cama. Al parecer era otro diario, de otra epoca, con otras intenciones. Lo transcribo aquí en mi pequeña bitácora con algunos comentarios pertinentes con el paso del tiempo):

(...)a veces me convenzo de que la estupidez se llama triángulo, de que ocho por ocho es la locura o un perro... La rayuela de Julio presente con el café de la mañana... Los cálculos matemáticos de mi locura... Cadáver hirviente de mis anteojos invisibles... Convierten todo en gatitos maullantes... Los oigo nadar en mi taza... Los siento ahogarse y dejar de ronronear... Inserto la rayuela en el círculo mágico de porcelana... Suben y los revivo a besitos... Después de todo, la literatura sirve para poner a jugar a mis ocho perros(...)

(Este pequeño texto (que empieza con una frase sacada de la novela de Cortázar) venía acompañado de más palabras que no pude descrifrar y por eso he citado tan solo lo que parece ser parte coherente y unificada. Antes, al comienzo de la hoja se lee la siguiente inscripción)

Diciembre 5 (2002): La lectura de Rayuela y de ciertos caligramas por la red (no recuerdo los autores, me parece que Girondo y Apollinaire) me ha dado una pequeña idea (bueno para ser sinceros no es nada “ideado”, tan solo un caligrama con una frase de Rayuela), lo que pasa es que no logré hasta ahora construir la forma de la rayuela en donde insertar lo que había escrito. Las computadoras no son de mi agrado totalmente y creo que algo manual se verá mejor. Mientras tanto copiaré aquí debajo lo que tengo hasta ahora (espero no olvidarlo luego)

(Ese es el texto que acompañaba al otro texto del imaginado caligrama, debajo de todo eso y al final de la hoja había dibujado un juego de rayuela muy pequeño. Por ahora, y a estas alturas de la noche no se me ocurren más opciones que:

a) arreglar el texto y concluir el caligrama
b) guardarlo en este diario como una anécdota más
c) quemar el texto y dar por concluida una etapa de mi vida que solo me estaba anclando
d) irme a dormir y pensar mañana con mente clara y comida en el estómago

creo que me decidiré por...

e) todas las anteriores

Voy a arreglar esa miseria de texto, que parece un intento fallido de poema. Luego voy a guardar la anécdota de todo el proceso aquí mismo en este diario (supongo que mañana). Después de eso quemaré la primera hoja (creo que con pena... mucha pena) y para finalizar me iré a dormir (¡No! No puede ser, eso sería mañana y yo tengo hambre y sueño hoy... ¿qué hacer?... mejor me voy a dormir e invierto el orden de acción)

entonces así:

1)duermo hoy
2)quemar el texto (mañana, claro)
3)guardar el escrito del proceso como anécdota en este diario
4)arreglar el texto y concluir el caligrama

pero... ¡no! ¡no puede ser, si hago eso y quemo el texto primero luego no podría rehacerlo!... Ya a la mierda con los recuerdos voy a botar esa tontería a quién carajos le importa Cortázar y el puto caligrama... ¡me voy a dormir ya!)

Buenas noches, querido diario.

06 mayo 2011

Hierve bajo el sol

el suelo. La brisa del mar me regala partículas de sal que se depositan en la comisura de mis labios, como niños sudorosos. Mis pies traspasan el círculo mágico que es la sombra del parasol y parecen depositados en un microondas, se doran por todas partes. Doy una vuelta y quedo boca abajo, la arena se convierte en apanadura. Giro la cabeza, la veo a ella, tiene los ojos cerrados, no sé si duerme. Extiendo mi mano y antes de tocarla veo mis uñas llenas de granos de arena, parece un esmalte de color extraño. Desisto de mi misión, llevo el índice hacia mi boca y mis dientes se dedican a saborear un nugget salobre. Desisto nuevamente, quiero limpiar mis dedos y no encuentro más lugar que la arena misma. Retomo el viaje de la mano, llego a su vientre donde deposito un montículo de arena húmeda. Destruyo la pequeña montaña con movimientos circulares de mis dedos. Ella sonríe y arquea la espalda. Sin darme cuenta estampa mi cabeza en la arena. Aspiro con todas mis fuerzas el fresco olor a conchas trituradas.

Recuerdo que hace muchos años, cuando recién empezaba mi naufragio escolar, mis padres me llevaban seguido a la playa. En mi memoria siempre estoy yo y está Playas. Nunca mi hermana ni mi casa. Tan solo mi padre o mi madre, en algunos casos mi abuelo intermitente, y la playa como desierto. Siempre quise llegar al mar pero antes debía recorrer el infierno. Recuerdo que todo se transformaba en lava ardiente y pegajosa. La arena succionaba mis piernas poco ágiles y a la vez iba invadiendo cada intersticio, se metía dentro de mis dedos, subía por mis piernas y si me descuidaba y caía me sentía como un hombre en llamas o un pescado apanado, arena insoportable por todas partes. Arena como sal prieta, asquerosamente salada que entraba en mi boca. Y luego el olor, una mezcla de tripas de pescado con azufre. No tenía más opción que llorar y alzar los brazos esperando las manos salvadoras que me saquen de ese lugar y me lleven a la purificadora agua.

Ya no se encuentra en mi memoria el día en que comencé a gustar de la arena. No sé si fue un proceso lento o si en un instante me encontraba jugando en ella como si nada. Tal vez llegó un día en que dejó de interesarme su malestar, así como todo en algún momento deja de ser interesante para mí. Lo que sé es que ahora la siento parte mía, es mi cama de motel en noches de carnaval, es la cancha de fútbol que nunca tuve, es mi patio de juegos, la entrada a mi piscina y hoy se había convertido en mi tumba hirviente hasta que ella me resucitó con el estruendo de su risa.

04 mayo 2011

Ratas de ciudad

Las plazas y los parques
ejes del rizoma
maquillaje edulcorante
- disfraces de ciudad fea
constituyen islas
bastiones de lo convencional
que devienen
en

Las calles de mi ciudad
tentáculos negros
rectos
- curvos
con ventosas humeantes
asquerosas
- apestosas
donde habitan ellas

Las que beben
del meado de dios
y que conviven
amando
- y atacando
a mis amigos
putas, maricones, indigentes
y muy de vez en cuando
se erigen en gobernantes.

15 abril 2011

Diario (Autobús)

Se abren ante mí las piernas de la maravilla
y todo juega, canta y ama para mí
Lunático - La Culebrona


La ola se cerró a unos tres metros enfrente de mí. Seguí remando hasta que la vi muy grande como para hacer el patito. Deslicé la tabla hacia un costado y me sumergí justo en el instante en que esa muralla de espuma se derrumbaba encima de mí; con tal suerte que la tabla, que había permanecido a mi lado, golpeó mi cabeza con toda la fuerza de la ola. “Se acabó, voy a quedar inconsciente y nadie llegará a rescatarme”. Fue lo primero que pensé mientras aun estaba bajo el agua. Luego salí a la superficie y mi siguiente alivio fue saber que no sangraba. Sin embargo la intensidad del dolor y el fuerte sol de mediodía me hicieron temer por un desmayo o una insolación. El set recién había pasado y remar hasta la orilla nunca es buena idea; esperé un poco y con el siguiente set traté de coger un par de olas pero fue imposible. La tercera reventó detrás de mí y no dudé en irme en esa, acostado sobre la tabla hasta la orilla.

Hoy recuerdo perfectamente ese día. Sentado en el bus rumbo a Playas no queda más que ponerse a pensar. Junto a mí va Panamito. En un par de horas esperamos estar surfeando en Puerto Engabao. Son las 5:30 de la mañana. En doce horas tengo clases en la universidad; aquí en Guayaquil, por supuesto. Pero a esa hora probablemente esté todavía en el agua. Normalmente viajo a Playas los fines de semana, a surfear como un turista más, en una playa que me vio crecer y me vio partir. Sin embargo, siempre que hay la oportunidad, o más bien siempre que el oleaje crece, hago el viaje; no importa lo que deje de hacer en la ciudad. Hoy hemos salido bastante temprano, yo no soy de los que madrugan ni de los que patrullan la playa pero ayer se acabó el aguaje y para hoy se esperan olas de más de dos metros. Muy grande y muy poblado como para ir a Puerto Engabao, creo que si Los kilómetros no están que hacen tanto tumbo todo será de Chabela para atrás, lo mejor para mí será ir a El sapo o a Olas verdes. Mientras tanto miro por la ventana y a los habitantes de la Perimetral salir a trabajar.

En los años cincuenta y sesenta las contraculturas se hacían presentes en cada país del planeta donde la inequidad en la distribución de la riqueza y las luchas por implementar un solo sistema económico y político creaban jóvenes rebeldes e inconformes. En Europa se redescubría el anarquismo y las tesis revolucionarias a través del situacionismo, el dadaísmo y el surrealismo que fue lo único bueno que nos dejó el acomplejado Freud. Mientras tanto en Estados Unidos, aparte de lo antes mencionado, los jóvenes se reapropiaban de sus ciudades y de sus cuerpos, formaban pandillas de motociclistas, experimentaban con drogas diferentes a las que se expendían en las farmacias por el placer de la ilegalidad; en el sur de California, donde la mayoría de las ciudades tienen nombres en español, las personas vivían en guetos que colindaban con el mar, aquí el surf era su contracultura: joder al sistema teniendo la mayor diversión posible, no trabajar, no mantener ni ser mantenidos por el estado, redescubrieron la conexión con la naturaleza antes que los hippies y sin babosadas de amor y paz.

Pienso en Ecuador, donde las casas más pobres y los poblados más olvidados por lo general se encuentran a orillas del mar. Saliendo de la perimetral pasamos por una serie de ciudadelas privadas donde se han olvidado del espacio público pero no les importa porque tienen el dinero para hacer del Caribe su propio espacio público. Desde ahí para adelante todo cambia, no hay otra ciudad, todo es una sucesión de pequeños pueblos donde el mayor progreso consiste en la autopista que los une como nudos en una piola. En algunos lugares el surf representa la escapatoria a una vida de condicionamientos y normas sociales. Ahora ya no hay contraculturas pero siempre tendremos rabia dentro nuestro, porque nos deben todo.

A Panamito seguramente le dirían que es un souther si estuviera en California. Es de los surfistas que les encanta joder vida y llevar una vida de acuerdo a los estándares dictados por la estética del surf-marketing. Es buena onda y siempre está dispuesto a irse de surfari, aun cuando las condiciones dan para lo peor. Lo bueno es que le encanta comer y cuando estamos cruzando el peaje saca de su mochila una funda de tortolines.

- Loco ahora dejamos las cosas en tu caleta y nos vamos de una a Chabela
- Simón pero hay que ir a ver cómo está afuera de tu casa pues, ¿o te ahuevas?
- Nada Panamito yo no me ahuevo, habla bien. Si igual vamos a terminar surfeando El sapo, que no se llena tanto y la ola todavía viene grandecita
- ¡Bien que se te hace! Oe cierto no te olvides de sacar la cera, verás… Cha que no se sube ni un puto vendedor, ¿trajiste agua?
- Si, toma

Mientras Panamito se toma mi agua noto que la puerta del bus va cerrada. Ya no dejan subir vendedores ni pasajeros en el camino. Hace un par de meses un accidente de tránsito endureció los controles policiales, de repente se acordaron de las leyes. En dos meses se olvidarán de nuevo. Ya van a ser las seis y media, a esta hora ya está bastante claro y el chofer apaga las luces que rodean al autobús. Las Posorjas-ovnis les dicen algunos.

- Y hasta que apagaron tanta huevada
- Jaja la plena esta nota parece discoteca rodante
- Volante más bien si estos manes van a más de 120 como si nada
- Quisiera saber cómo sería ver pasar uno de estos buses desde el pie de la carretera, una masa de lucecitas multicolores que emiten tecno cumbia a mil por hora jajaja
- Lámpara, oe pásate la funda de tortolines que ya me dio hambre

La verdad ya no es solo tecno cumbia, también salsa, boleros y vallenato. De repente pasan una cumbia agradable que siempre me hace recordar a La Culebrona.

Tras más de una hora de viaje ya pasamos Cerecita y pronto estaremos por Progreso. Siempre he querido viajar al lado de alguna pelada buena pero nunca se me cumple el sueño. No es que diga que las peladas de por acá son feas pero simplemente no me atraen. Es más, la gente por acá, ahora que lo pienso bien, son indígenas. Es decir, no tienen costumbres indígenas pero tienen los rasgos del habitante de la sierra o del amazónico. Incluso tienen un acento un tanto extraño que me da risa, es como un cantadito cuencano pero, no sé, no es como el costeño mestizo. Alguien debería remontarse a los orígenes de estas personas, de estos que nunca sufrieron el mestizaje genético pero que sin embargo lo perdieron todo ante la imposición de la cultura occidental.

Llegamos a Progreso finalmente a ritmo de la Wendy Sulca, el más exitoso producto de exportación peruano, y contra todo pronóstico el bus se llena de vendedores.

- Hasta que al fin hijueputa, ¡colita!
- Jaja pilas Panamito cómprame una coca
- Loco estos manes no venden coca, les sale muy caro y más difícil de lograr ganancias
- Ya lo que sea, entonces una semen-up
- Jajaja pilas

Pasadas las 7 de la mañana estamos llegando a Playas. Ya no recuerdo lo que desayuné y eso es señal de que estoy bien despierto. En San Antonio el bus se queda casi vacío. Hay muchos jóvenes de Progreso estudiando en el colegio militar que hay aquí. Puedo ver también del otro lado de la carretera los buses que vienen de Playas, con más estudiantes de caqui. Recuerdo que debería estar yendo a mi clase de la mañana, recuerdo que tenía que pagar el arriendo y recuerdo que debería empezar a buscar trabajo. Luego recuerdo que probablemente hoy vea a la chica del funboard amarillo y una mueca se transforma en sonrisa en mi cara. Panamito me mira y me pregunta por qué me estoy sonriendo y que si estoy loco.

- Oe ¿te acuerdas de la man con el funboard amarillo?
- Uuuhh jajaja ¿te gusta? Si, es bonita

Ya pasaron dos horas desde que salimos de Guayaquil. El bus llega a Playas y me estiro en mi asiento, estoy a punto de levantarme y ponerme a calentar de la desesperación. Luego de dar unas cuantas vueltas por las calles de polvo, que por debajo tienen asfalto, llegamos a la iglesia central. Aquí se baja la mayoría de los pasajeros, suben unos cuantos, pasan un par de minutos y continuamos rumbo a Posorja. Mi casa está en esa vía. En el camino vemos con Panamito a surfistas saliendo de todas partes, todos rumbo al mar. Repasamos el plan: dejar las mochilas, cambiarnos de ropa (cada uno por su lado, obviamente), agarrar platita, guardar el bloqueador y coger las tablas. La carretera pasa cerca de la playa, no veo más que murallas de espuma blanca. Llegamos a mi casa, el autobús disminuye la velocidad para que nos bajemos y sin embargo creo que aún va muy rápido. El conductor conversa con una muchacha con uniforme escolar y el oficial nos dije que bajemos pronto. Pongo mis pies en la tierra, el viento está offshore. Que se jodan todos.