22 abril 2010

Jueves



Well I don't write better when I'm stuck in the ground.
All that I do is wait for you.
Julian Casablancas
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No hay mejor medicina para cualquier enfermedad del cuerpo, del corazón o la mente, que un solo de guitarra bien mandado, a todo volumen y si es posible un air guitarazo y un headbanging desenfrenado, terminando con un stage-diving sobre el sofá. Después de esto es imposible no dejar que una lágrima ruede por tu mejilla, de la felicidad claro, terminar la botella y recostarte a escuchar el outro de la canción.
Me llamo Ram, pero mis padres y los viejos de la facultad me dicen Ramón Valdez (bonito apellido, pero no soy dueño del ingenio azucarero). Estudio periodismo por una línea que leí en un libro del que no recuerdo su autor, un borracho empedernido, el personaje principal se debatía entre no-hacer-nada o seguir las reglas de su padre y entrar a la universidad, y preguntando cuál es la carrera más fácil se decantó por el periodismo, y así hice yo, llevo dos años de aprender de todo menos de lo que hace un periodista, he aprendido más en un verano en las calles que en 4 semestres en el puto instituto. Sin embargo, ahí estoy, no soy quién para ir en contra de los designios de los padres.
Les hablaba de mi medicina para las enfermedades, pues hoy estoy que me muero, y tras dos botellas de ron puro mis penas no se ahogan, nadan las desgraciadas. Esta mañana me topé con la mujer que me trae loco (al menos estos últimos días, no vayan a creer que soy uno de esos maricotas que se derriten por un culito apretado), la man andaba besuqueándose con el huevón de Nicolás, no me vio, no quise mostrarme y así evitar el desencanto de verla con otro. La vi alejarse y la llamé a su móvil, me contestó y le pregunté que dónde andaba que si quería ir a tomar un café y luego a ver la última de Tarantino, me respondió que qué pena, que andaba en la casa de Sofía y que mejor quedemos para otro día. Puta de mierda, bueeeno nomás atiné a decirle, nos vemos otro día.
No les he hablado de ella, pues no hay mucho que decir, la conocí el otro día en lo de Carlitos, su nombre es Ximena y a veces desearía que yo me llamara Omar Rodriguez-Lopez, aver si así me da bola, pero nada, bien apretada la conchesumadre. La verdad no sé por qué le doy tantas vueltas al asunto, ni qué fuera tan buena, pero no sé, tienen un no se qué demasiado atrayente para mi, no hemos salido más de cinco o seis veces, pero el tiempo con ella es otra cosa, y sé que ella siente igual aunque no lo demuestra, creo que porque no quiere mostrarse tan fácil.
Cambio de canción, cambio de género, cambio de época, los Strokes siempre fueron buenos para un desmadre, quitarse las penas con himnos de tres minutos, decir lo que es, gritárselo a Julian detrás del reproductor de música, en dónde estarás, I can't get along with all your friends, don't know how to act, don't know what to say, podría pasar la vida con ella, con ella sola, para mí y nuestro momento, detesto cuando tiene que meter a sus amigas en esto. Termino otra botella, a mi ritmo, a las tres de la mañana y comiendo solo, desinfectándome.
No es fácil recordar promesas, ni siquiera cuando de eso depende tu estado mental por el resto de tus días, y no hablo de dejar de hacerme la paja o empezar un regímen de ejercicios para fortalecer los músculos bíceps, sino de aquellas promesas que me hice hace mucho tiempo de morir joven, escribir hasta que mi pluma sangre, no olvidar los semáforos y los juegos, dejar de ver programas matinales en la tele, no tener oficio ni beneficio y leer hasta agotar bibliotecas enteras. No es fácil recordar promesas, en donde estaré. Ramón Valdez, muerto de un disparo en la sien, atropellado por la metrovía, asesinado por sicarios inidentificados, descuartizado por un psicópata pedófilo, todas las maneras de morir ya me las sé, todas las disfruté, que es lo peor, o lo mejor si se pusieran en mi mente en días como este.
Empieza un jueves, lo sé porque es mi cumpleaños, empieza y termina entre espacios de color violeta, nace y muere entre un amanecer y un ocaso, cual flor. Con una resaca que me impide levantarme, en la desesperación por contestar el teléfono lo arranco de la pared pero sin llegar a colgar la llamada, es Ximena, a decirme que me ha pensado todo el día, que quiere verme, que sí le digo, que mañana en el Mall, allí mismo, hasta entonces, besos. Cuelgo y recuesto mi cabeza sobre mis manos, te vas a la mierda Ximena.
El sol se oculta tras la montaña, el azul del cielo se torna naranja y algunas estrellas ya se dejan vislumbrar, agarro mis clavas y salgo a practicar, son las únicas que no me abandonan. Julieta mira por la ventana, sé que me sonríe en secreto, Esta va por ti.

1 comentario:

palabras con fuego dijo...

me encanta! me encanta! leer un poco de ti en tus escritos :D no le hago analisis literario, solo lo disfruto leer para q no pierda la magia, pero sè q tus palabras reflejan ciertas aspectos de tu ser :D
q estes bien! bello!