Quien no cree en las noticias, a la altura de quien las cuenta; quien no compra diarios, a medida de quien los produce. Ambos se encuentran por detrás, fuera del escenario, antes de la representación: como el poder soberano y los okupadores. Dentro, la ilusión de la ciudadanía: las noticias, los diarios, el derecho...
Entre la Sagrada Trinidad (derechos humanos-estado de derecho-democracia) y el Encanto Limado del capital global, no nos queda mucha cosa.
Entre la Sagrada Trinidad (derechos humanos-estado de derecho-democracia) y el Encanto Limado del capital global, no nos queda mucha cosa.
1 comentario:
en la babilonia de la información, plantamos la resistencia cual ratoneras ardientes.
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