01 mayo 2012

Volver a casa


Jigsaw women with horror movie shoes
be cruel to me 'cause I am a fool for you
AM - Suck it and see

(Los epígrafes son pistas sembradas como adornos en suelo infértil. Su función no es más que la de trazar una línea invisible, o en ciertos casos alumbrar el camino, por el que han de discurrir los fotogramas de la comunicación. Si bien es cierto que la única, o primordial, función del lenguaje no puede ser simplemente comunicar, en muchas ocasiones lo que un texto desea es enlazar puentes de letras entre una oreja y otra)

No tengo ánimos para buscar en el diccionario la correcta traducción de Sprawl. Sé que no es un suburbio, al menos no un suburbio como cualquier otro. Sé que un suburbio es una casa entre otras casas con calles relucientes de asfalto que las interconectan, como alfombras negras (jarabe de azúcar). He aprendido también que un suburbio puede ser un hogar. 

¿Recuerdas la sensación de incomodidad latente y la frase que repetías casi de manera inconciente, "quiero irme a mi casa"?

Hay quienes tienen casas y nunca hogares. Hay insensatos que piensan que su hogar es un lugar físico.

Busco, en todos los lugares incorrectos, enamorarme de la mujer correcta. Pasa que me enamoro de todas las mujeres incorrectas (también en lugares incorrectos) por razones, correctas o no, que todavía desconozco. Debe ser, seguramente, que me gustan las condiciones que se padecen.

Pero un destino que se asume puede ser un hogar. Un corazón roto tiene calor de hogar pero no es habitable. Amar a alguien es autoinvestirse como monarcas del suburbio-casa que acoge insolencias de delincuentes y príncipes libres.

Algunas cartas nunca llegan a escribirse más que en la mente. Otras nunca llegan a su destinatario. Algunas, con mucha suerte, ruedan por debajo de puertas y se convierten en alegría siempre que no sean pisoteadas entre las facturas y las planillas. 

Las vacaciones de verano siempre llegan a un final y este año el invierno es imparable. Tal vez así deba ser: los inviernos sempiternos en su aventura de hojas y almohadas, y los veranos fugaces e impredecibles como canciones pop tarareadas durante un paseo en auto.

(En este punto parece que el epígrafe ha perdido todo sentido. Ha sido una distracción: Masanobu Fukuoka lanzando semillas al azar. Pero se pretendían raíces fuertes como palmadas en el hombro, es decir, una mirada cómplice en la que los párpados participen del trazado de arcoiris de amigos muertos. Un epígrafe es un desvío o una nueva forma de que salga el sol. En este caso he buscado la dulce disponibilidad de la luna para efectos más oscuros [en el sentido de sumerger] y que el epígrafe se convierta en prólogo, o nota explicativa, de una historia que no puedo explicar)

Suburbios
Hogar
Enamoramiento
Cartas
Vacaciones
Epígrafes

No entiendo de conjuros pero sin duda podría construir un depósito de versos en el que esas palabras exorcizen la crueldad. No tengo idea de su efectividad, sin embargo. A veces es mejor no presionar Enter.

Entre amigos muertos me doy cuenta de que todo esto no puede ser para nadie más que para mí mismo. Los suburbios son bastiones y posibilidades de un paraíso (Croatán o Alaska); el hogar es lo que se construya en ese paraíso con la felicidad que allí se comparta; el enamoramiento se padece sin cesar hasta que se pueda robar una caricia como preludio a una carcajada en conjunto; las cartas escritas a mano deberán rondar la tierra por siempre y algún día tocarán tu puerta: un pequeño artefacto poético-terrorista; las vacaciones son la lectura y una sonrisa, un beso descarriado sobre una hamaca o bajo una sombrilla...

(Los epígrafes serán siempre monos del espacio [para invocar sin mover la mano, o lo que es mejor, sin abrir la boca]. Volver a casa es encontrar la nostalgia en un epígrafe en el que te identifiques y lo quieras todo, incluso a mí)

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