02 septiembre 2011

Visita a La universidad desconocida

Sueño con un sueño de detectives,
poetas investigadores de otros sueños
que son en realidad la pesadilla
latinoamericana: generaciones y
generaciones de flores marchitas pisoteadas
pulverizadas y absorbidas por la pampa
martinfierrista o las regiones más transparentes

los detectives poetas me llevan por senderos
oscuros de algún edificio o conjunto de edificios,
caminando nos encontramos con otras personas,
comprendo que se han acostumbrado a la
penumbra, que esto algún día fue un sendero
luminoso

junto a los poetas detectives sueño en un salón
de clases desocupado, hay, sin embargo, un pupitre
ocupado por un niño o un ser diminuto,
me acerco y veo que cada asiento tiene un nombre,
en el del niño leo: Miguel Muñoz, y me pongo a llorar
me lanzo al suelo desconsolado y noto que los
poetas detectives ya no están, el niño ha desaparecido
también y me despierto

Estoy en un sueño dentro de un sueño
me despierto de un libro de Bolaño que
nunca he leído y caigo en un laberinto borgiano

Somos

Fuera de la representación
de M como el poeta malo
está, como luna de sí mismo,
el otro: M, el mal poeta
que quiere ser su propio sol

Porque entre poeta malo
y mal poeta no hay
diferencia alguna
más allá de que
uno lo sea por convicción
y el otro por natura

Una vez leído Borges
asumimos nuestros fallos
M malo y mal M
maldecidos por los espejos,
la cópula de un progenitor
desconocido, y la lucha
por existir

Olvidé preguntar cuál es mi papel
en esta obra: teatro del absurdo
salpicado de comedia banal,
he dejado de lado
(y por consecuencia hemos)
a Shakespeare y desde Descartes
mutamos hacia: Soy, luego eres.