20 marzo 2010

Caminando por el delgado filo de una barda

Uno se mete a escribir porque no fue capaz de pegarle a un chófer que lo puso en evidencia, porque no destrozó los platos en un restaurante, porque no se enfrentó a un policía loco que insultaba a su novia, porque no le dijo a su madre lo mucho que la amaba y detestaba, porque no escupió a un profesor que decía que la tierra era redonda, porque se dejó ganar el puesto en la fila del cinema, porque no tiene oficio ni beneficio, porque piensa que es una forma fácil de hacer fama y dinero, porque si lo hacen mamarrachos como García Márquez y Mutis uno también puede hacerlo, porque no es bueno para los números, porque no quiere ser médico ni abogado, porque está ardido, porque odia a la gente y quiere insultarla.

Uno se mete a escribir porque una chica linda le dijo que le gustaban los escritores, porque necesita una coartada para no trabajar, porque lo hace sentir superior, porque se leyó un par de novelas de vaqueros y quiere entrar en la competencia, porque es un cowboy sin oeste, porque cagatintas como Vargas Llosa lo hacen, porque no tiene voz, porque no tiene ritmo, porque está harto de hacerse la paja, porque quiere atorar a una mujer pero no hay forma, porque piensa que tiene algo que decir, porque descubre que las chicas lindas dicen que los escritores son tiernos pero salen con mafiosos, porque no lo dejan estrujar a la reina nacional de belleza, porque está flaco y no hay remedio, porque tiene miedo de morir sin haberle hundido los pelos a una chica linda, porque si un mamón hipócrita como Vargas Llosa escribe cualquiera puede hacerlo, porque sabe que el cine es tiempo perdido, porque tiene envidia de esos mandriles que salen en la pantalla y ganan millones, porque quiere ser como Bukowski a falta de mejores oportunidades.

Uno se mete a escribir porque no sabe boxear ni tiene agallas, porque tiene los dientes torcidos y no puede sonreír como quisiera, porque para los impotentes de toda índole no hay otro camino, porque todos los feos escriben o asesinan y uno no es capaz de matar una mosca, porque escribir da importancia, porque para que a uno le digan escritor no necesita hacerlo bien y para que lo llamen hijoputa no importa si su madre es una santa, porque tiene miedo de quedarse a la deriva sin hacer nada, porque no puede beber cada noche, porque ama a Dios pero odia las sociedades sin ánimo de lucro, porque no tiene novia, porque no hay emociones sino insultos, porque en su casa no hay tele y la radio se averió, porque la mujer del vecino es un bombón, porque tiene miedo de quedarse calvo y por eso evita los espejos. Uno se mete a escribir porque no se atreve a asaltar un supermercado, porque ama a una mujer y ella es la novia del chico listo de la cuadra, porque no hay suficientes revistas pornográficas, porque quiere hacer algo más que cagar y masturbarse, porque no es el chico listo de la cuadra ni el chico fuerte ni el gracioso, porque es el chico nada, porque vale tres tiras de verga, porque afuera lo cascan, porque su madre grita todo el tiempo, porque no hay ilusiones ni luz al final del túnel, porque su mente vuela bajo y nunca será otro Cioran, porque no tiene valor para saltar, porque no quiere la esposa fea que merece, porque tiene miedo de morir sin haber probado un bello culito, porque no tiene el modo de escupir de Clint Eastwood, porque se atasca entre una y otra intención, porque érase una vez el amor pero tuve que matarlo.
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Lo bueno es que escribir no sirve para nada de lo que uno quiere. Escribir es un limite, un dolor, un defecto más. Lo bueno es que después de hacerlo te sientes pésimo. Nada ha cambiado, todo sigue en su sitio (salvo tu jodido cabello), Pelé no vuelve a la cancha. Lo malo es que escribes y Pambelé cae a la lona vapuleado por un gringo, un maldito gringo que estuvo preso por golpear a su madre. Lo malo es que Pambelé no es la madre del gringo y -por más que escribes- sigue tirado. Lo bueno es que escribes y sigues soñando con la mujer del vecino, sueñas que la tienes agarrada por las orejas hundiéndole los pelos. Lo malo es que escribir no cura tus deseos asesinos, que asaltar un supermercado sigue siendo tu objetivo imposible. Lo malo es que aún deseas un amor inolvidable. Lo bueno es que escribir es otra forma de cagar y masturbarte. Lo malo es que lees a grandes autores pero sólo Bukowski te llega. Lo malo es que un día la chica linda se entera que escribes y no deja que se la hundas hasta el otro lado de la muerte. Lo malo es que escribir sirve para todo lo que tú no quieres.

12 marzo 2010

¡Qué viva la música!

Chaos is not only burning ruins but also butterfly wings.
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Tú, no te detengas ante ningún reto. Y no pases a formar parte de ningún gremio. Que nunca te puedan definir ni encasillar.
Que nadie sepa tu nombre y que nadie amparo te dé.
Que no accedas a los tejemanejes de la celebridad. Si dejas obra, muere tranquilo, confiando en unos pocos buenos amigos. Nunca permitas que te vuelvan persona mayor, hombre respetable. Nunca dejes de ser niño, aunque tengas los ojos en la nuca y se te empiecen a caer los dientes. Tus padres te tuvieron. Que tus padres te alimenten siempre, y págales con mala moneda. A mi qué. Jamás ahorres. Nunca te vuelvas una persona seria. Haz de la irreflexión y de la contradicción tu norma de conducta. Elimina las treguas, recoge tu hogar en el daño, el exceso y la tembladera.
Todo es tuyo. A todo tienes derecho y cóbralo caro.
No te sientas llenecita nunca.
Aprende a no perder la vista, a no sucumbir ante la miopía del que vive en la ciudad. Ármate de los sueños para no perder la vista.
Olvídate de que podrás alcanzar alguna vez lo que llaman "normalidad sexual", ni esperes que el amor te traiga paz. El sexo es el acto de las tinieblas y el enamoramiento la reunión de los tormentos. Nunca esperes que lograrás comprensión con el sexo opuesto. No hay nada más disímil ni menos dado a la reconciliación. Tú, practica el miedo, el rapto, la pugna, la violencia, la perversión y la vía anal, si crees que la satisfacción depende de la estrechez y de la posición predominante. Si deseas sustraerte a todo comercio sexual, aun mejor.
Para el odio que te ha infectado el censor, no hay remedio mejor que el asesinato.
Para la timidez, la autodestrucción.
Adonde mejor se practica el ritmo de la soledad es en los cines, aprende a sabotear los cines.
No accedas al arrepentimiento ni a la envidia ni al arribismo social. Es preferible bajar, desclasarse; alcanzar, al término de una carrera que no conoció el esplendor, la anónima decadencia.
Para endurecer la unidad sellada, ensaya dándote contra las tapias.
No hay momento más intenso ni angustioso que el despertar de un hombre que madruga. Complica y prolonga este momento, consúmete en él. Agonizarás lentamente y de berrido en berrido enfrentarás los nuevos días.
Es prudente oír música antes del desayuno.
Tú, disimula el olvido. Aprende a contemplar inconmovible toda génesis. Si te tienta la maldad, sucumbe: terminaréis por rodar juntas del mismo brazo.
Come todo lo que sea malo para el hígado: mango viche y hongos y pura sal, y acostúmbrate a amanecer con los gusanos. Créete ceiba, que también cría parásitos.
Tú, no te preocupes. Muérete antes que tus padres para librarlos de la espantosa visión de tu vejez. Y encuéntrame allí donde todo es gris y no se sufre. Somos muchas. Incomunica el dato.
Tú enrúmbate y después derrúmbate. Échale de todo a la olla que producirá la salsa de tu confusión.

06 marzo 2010

Cuando los relojes mueran

A pesar de tropicales intentos
sigue indefinida
la sexualidad
de la pantera rosa,
solo sabemos que era
una puta rabiosa

Teenage mutant ninja turtles
weren't superheroes
they were supertramps
stealin' pizza
from the delivery guy

El espectáculo ha querido
mantenernos despiertos,
pero solamente es insomnio
y delirios de zombie
en una ciudad
que nunca despierta,

Y yo que no puedo dormir
con una voz
al otro lado de la ventana
que me dice:
'estamos despiertos,
deja que los demás duerman'

everything is real, everything is permitted
nada es real, lo real es nada.

Soy una puta sentimental, otra vez.