30 agosto 2009

Obrerismo

El obrerismo es una forma de ideología capitalista, endémica entre los que se autodefinen como revolucionarios. Es una ideología que fomenta la aceptación, y hace propaganda, de la relación labor-sueldo entre personas que se han dado cuenta de la explotación que conlleva el trabajo asalariado. Por lo tanto, es una muy alta forma de alienación.

La veneración por el obrero se encuentra en diversas ideologías estatistas, como el estalinismo y el nazismo. Los trabajadores son homenajeados por su rol como constructores de la nación, el estado y el capital.

El obrerismo no alaba toda clase de trabajo asalariado, pero promueve el trabajo “productivo”. De hecho, maldice a los trabajadores de oficina y de la industria de servicios porque alaba sólo a aquellos que están más implicados en la reproducción del capital.

El obrerismo adora el trabajo manual, el “trabajo con martillos”. Su visión del proletariado es un “hombre musculoso”. Al rechazar el trabajo de oficina y tienda, rechaza a una gran parte de las trabajadoras asalariadas, revelándose como sexista.

El obrerismo ha estado presente desde el principio de los movimientos de trabajadores. Las primeras sociedades obreras fueron de inspiración cristiana, y alabaron el ahorro, la honradez y el trabajo. Este moralismo perdura en el obrerismo, que es un bastión de la ideología cristiana dentro de la clase obrera.

Los más fuertes defensores del obrerismo no son trabajadores manuales (que lo son porque, probablemente, no han tenido otra opción para subsistir), sino ex-marginales que tomaron la decisión moral de convertirse en obreros “revolucionarios”. Su defensa del obrerismo es una compensación a la falta de seguridad que tienen sobre su estatus de clase, y una condena moral para los proletarios que están dispuestos a tomar otras decisiones.

En el plano teórico, el obrerismo entiende la revolución como consecuencia de la lucha diaria de los trabajadores en el capitalismo. La historia de las revoluciones contradice esta teoría una y otra vez. La revolución francesa y la rusa han sido provocadas por luchas de mujeres. La revolución alemana y la portuguesa han sido provocadas por motines. La revolución del 68 en París fue provocada por estudiantes.

El obrerismo lidia con el fracaso histórico de su teoría, no mediante su corrección, sino mediante la falsificación de la historia. En cada caso, los actos desempeñados por no-trabajadores son negados, minimizados o marginados. En cambio, la teoría revolucionaria analiza los acontecimientos reales a fin de comprender los momentos de debilidad en el capitalismo.

Los trabajadores productivos, según los obreristas, ocupan una posición crucial, ya que pueden, mediante la retirada de su trabajo, derribar el capitalismo. En realidad, la importancia de los trabajadores productivos es exagerada, ya que la producción es sólo una parte del ciclo de acumulación. Los trabajadores involucrados en la comunicación, la distribución y circulación de recursos también pueden ser una fuerza poderosa. Una huelga de trabajadores bancarios puede tener un efecto más fuerte sobre el capital que una huelga de trabajadores en una fábrica de automóviles; a su vez, una ola de disturbios urbanos puede tener mayor efecto que ambas actividades juntas.

La búsqueda de facciones cruciales dentro del proletariado, cuya lucha es privilegiada, revela la perspectiva jerárquica de los obreristas. Esta visión supone que el comunismo es un programa ya estructurado que sólo necesita de soldados para ser puesto en práctica; lo que refleja la resaca del antiguo socialismo de la segunda y tercera internacional en sus facetas socialdemócratas, leninistas o sindicalistas. Esta teoría considera a la lucha de clases como una forma (burguesa) de hacer una guerra, con generales y soldados de infantería. El “revolucionario” profesional determina el programa, los obreros lo ponen en práctica.

El obrerismo y el intelectualismo son opuestos, pero no se oponen. Se complementan entre sí. El pensamiento y la acción se encuentran separados, los obreros deben poner las ideas de los teóricos en práctica. Con frecuencia, los obreristas critican a los intelectuales (en algunos casos, para convertirse en unos nuevos), y no a los mismos obreristas. Los obreros deben evitar a los intelectuales, pero no al obrerista, que pretende ser diferente a un pensador especializado. El obrerismo mantiene la división pensamiento/acción, y el privilegio del pensamiento, que es inherente al capitalismo.

El sujeto revolucionario no es sólo el trabajador productivo, ni si quiera todos los trabajadores. Es el proletariado, quienes no tienen poder o riqueza social, quienes no tienen nada que perder más que sus propias cadenas. Además, los estratos no proletarios pueden desempeñar una activa participación en un contexto revolucionario, si el proletariado es atr-activo. Esto se ha realizado en casos como el de los campesinos revolucionarios que participaron en el movimiento Makhnovista, y en comunidades comunistas creadas durante la guerra civil española.

El objetivo del movimiento comunista no es lograr la consolidación de un estado obrero, o la dictadura del proletariado: es la abolición de todas las clases sociales para crear una comunidad humana, mediante la lucha anticapitalista.

Pd: texto regalado desde Lenguas Nomades.. una (auto)critica al comunismo y a muchas vertientes de la anarquia

13 agosto 2009

Cómo quieres morir.

¿Cómo quieres morir?
¿Colgando de un tirante con la banqueta pateada debajo tuyo?
¿De una sobredosis de pastillas para dormir como una actriz o un ama de casa que se encuentra ya harta de todo?
¿Con una hoja de afeitar para abrir tus venas, recostado en una bañera caliente, para no temblar tanto cuando el calor abandone junto a la sangre tu cuerpo?
¿De golpe, en un reguero de sesos y huesos sobre el asfalto al pie del edificio en el que trabajas?

¿O en cuotas -muerte en dosis-, con cigarrillos y grasas saturadas, polución, presión sanguínea, radiación, toxinas en el agua, edulcorantes cancerígenos y teléfonos celulares?
¿Quieres precisión: ¿que tal un arma en tu boca?
¿O juegas a la lotería de la muerte, conduciendo por la autopista, teniendo sexo con extraños? Pagando impuestos a un gobierno que los convierte en bombas, que puede enviarte a la guerra o enviar a tu puerta a la policía con armas en sus manos?
¿Quizás insistas en que se te pague por ello? ¿Cuánto exiges por hora? ¿Lavas platos por un sueldo mínimo?, ¿Das órdenes y lidias con todo el papeleo por un sueldo de gerente?, ¿Peleas por llegar a la cima del mercado para conseguir un precio justo por tu vida?
¿O pagas por ella, comprándola en unidades, dándote un gusto cuando puedas con alcohol, cocaína, heroína, prostitutas, rock and roll, películas, video-juegos, televisión, turismo, yendo de compras, lo que sea necesario para olvidar por un instante tus problemas?
¿Te venderías a ella por completo si pudieras, tomando ese atajo a lo inevitable, arrojándote al vacío de alguna adicción, religión, negación absoluta, hasta el punto de total aceptación?
¿Quieres saborear cada gota alargando tu muerte tanto como puedas? ¿Un poco cada día por el resto de tu vida, con un seguro médico para asegurarte de no perder ni siquiera un día?
¿O estas preparada para acabar con todo, consumar el hecho con un gesto desafiante, ostentando tu desprecio por las absurdas tragedias de este mundo mientras caes bajo una lluvia de balas? ¿O podría ser que lo que buscas no sea la muerte, después de todo?