Llegaban noches. Al amor de ellas
nosotros encendíamos palabras,
las palabras que luego abandonamos
para subir a más
Jaime Gil de Biedma - Amistad a lo largo
Encender palabras
para apagar incendios íntimos
tienes ya
mi última brizna de paja
el rastro de un fallo
genético
crisol de
mi vulnerable andar
Te he creado una mitología
para pasar el rato
me divierto buscando las huellas
de los antepasados
que te imagino
productos de un discurso
del aburrimiento
diario
la Abuela Muerta
en su dilatada espera
Casi todo es un pasatiempo
para que no duela
la puñalada
del segundero
tan lenta que desangra
rápido por la yugular
es el dolor
que crece a
TREINTA minutos por segundo
a cada rato
como lo supo el peruano, muerto en París
en un día del que tuvo siempre el recuerdo
Hoy estás más lejos
distante
pero estás aquí dentro
en este espacio vacío
en mi pecho donde
habita el dolor
inexistente
de un miembro fantasma
que lo regalé
hace ya mucho tiempo
viajó
antes de ser un espectro
hacia el norte
lejos
con unos anteojos con sonrisa
en el caribe
Te sabes extraña
pero no te gusta que
extraños te lo recuerden
a menos que llegue
la noche
y llevemos a las palabras
hasta las cenizas.
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